¿Cuáles son los síntomas de la necesidad de CoQ10?
Publicado el:
La coenzima Q10, también conocida como CoQ10, es una sustancia similar a las vitaminas que se produce de forma natural en el organismo. Desempeña un papel esencial en la producción de energía y actúa como un potente antioxidante. La disminución de los niveles de CoQ10 se ha relacionado con diversos síntomas y afecciones de salud. A continuación le ofrecemos un análisis en profundidad de los signos y síntomas que pueden indicar la necesidad de tomar suplementos de CoQ10.
Índice:
- ¿Qué es la CoQ10?
-
Síntomas de la deficiencia de CoQ10
- Fatiga y baja energía
- Debilidad muscular y dolores
- Niebla cerebral y dificultad para concentrarse
- Falta de aliento
- Hipertensión arterial
- Palpitaciones
- Dolor torácico
- Colesterol alto
- Dolores de cabeza y migrañas
- Náuseas y vómitos
- Calambres musculares y uso de estatinas
- Infertilidad masculina y problemas de fertilidad
- Trastornos neurodegenerativos
- Diabetes
- Problemas auditivos y acúfenos
- Trastornos oculares
- Diagnóstico de la deficiencia de CoQ10
- Dosis para la deficiencia de CoQ10
- Fuentes alimentarias de CoQ10
- Posibles efectos secundarios de la CoQ10
- Señales de que puede necesitar CoQ10
- ¿Cuáles son los síntomas de la necesidad de CoQ10? Conclusión
- Recursos utilizados para escribir este artículo
¿Qué es la CoQ10?
La CoQ10 es un compuesto fabricado por el organismo y almacenado en las mitocondrias, las centrales energéticas de las células. Interviene en la fabricación de trifosfato de adenosina (ATP), que es la moneda energética de las células. La CoQ10 existe tanto en forma oxidada como reducida. La forma reducida se denomina ubiquinol.
La CoQ10 actúa como transportador de electrones en la cadena de transporte de electrones, lanzando electrones para poner en marcha la síntesis de ATP. También sirve como antioxidante, protegiendo a las células del daño oxidativo.
Aunque nuestro organismo puede sintetizar CoQ10 de forma natural, su producción tiende a disminuir con la edad. Nuestros niveles de CoQ10 también descienden cuando estamos estresados o tomamos ciertos medicamentos como las estatinas. La deficiencia de CoQ10 puede dificultar la producción de energía e interferir en los procesos vitales del organismo.
Los suplementos de CoQ10 pueden ayudar a aumentar la energía, mejorar la salud del corazón y proporcionar otros beneficios. Los suplementos de ubiquinol pueden absorberse mejor en comparación con los de ubiquinona.
Síntomas de la deficiencia de CoQ10
A continuación se enumeran algunos signos y síntomas clave que pueden indicar niveles insuficientes de CoQ10 en el organismo:
1. Fatiga y baja energía
Uno de los síntomas más comunes de la deficiencia de CoQ10 es la fatiga o sentirse constantemente cansado y perezoso. Dado que la CoQ10 es esencial para la producción de energía celular, unos niveles bajos pueden traducirse en una reducción de la energía.
Varios estudios han confirmado los efectos beneficiosos de la suplementación con CoQ10 sobre la fatiga y los niveles de energía, especialmente en adultos de edad avanzada. Un metaanálisis de 2015 de 5 estudios descubrió que la CoQ10 disminuía significativamente la fatiga y aumentaba la energía en pacientes con síndrome de fatiga crónica.
Si se siente constantemente aletargado a pesar de dormir y alimentarse adecuadamente, considere la posibilidad de comprobar sus niveles de CoQ10. Tomar un suplemento de CoQ10 puede ayudar a aumentar la vitalidad y la energía.
2. Debilidad muscular y dolores
La CoQ10 está muy concentrada en los músculos cardíacos y esqueléticos. Una cantidad reducida de CoQ10 puede perjudicar el metabolismo energético celular en el tejido muscular. Esto se manifiesta en síntomas como debilidad muscular, agujetas o dolor muscular.
Un estudio en pacientes con fibromialgia, que presentaban dolor muscular y fatiga, descubrió que la suplementación con CoQ10 durante 3 meses reducía el dolor y la sensibilidad en los puntos gatillo a la vez que aumentaba la energía. También se ha informado de debilidad muscular en personas que toman estatinas, que agotan las reservas de CoQ10.
3. Niebla cerebral y dificultad para concentrarse
El cerebro es uno de los órganos metabólicamente más activos del cuerpo. Requiere un suministro constante de energía ATP para soportar sus elevadas demandas energéticas. Un nivel bajo de CoQ10 puede disminuir el metabolismo energético cerebral.
Esto se manifiesta en síntomas como fatiga mental, pensamiento nublado, problemas de concentración y olvido, signos clásicos de la niebla cerebral. Un suplemento de CoQ10 puede ayudar a despejar la niebla cerebral al potenciar la producción de energía en las células cerebrales.
Un estudio reciente de 2021 descubrió que los estudiantes de medicina que tomaron CoQ10 durante 12 semanas mejoraron significativamente su memoria, concentración y función cognitiva general en comparación con el placebo. Otro estudio demostró que la CoQ10 podía mejorar el rendimiento cognitivo de las personas mayores.
4. Falta de aliento
La CoQ10 está muy concentrada en las células del músculo cardiaco, que necesitan enormes cantidades de energía para bombear continuamente la sangre por todo el cuerpo. Los pacientes con insuficiencia cardíaca suelen tener niveles más bajos de CoQ10.
Algunos síntomas de una posible deficiencia de CoQ10 son la falta de aliento, especialmente con el esfuerzo, la dificultad para respirar cuando se está tumbado y despertarse jadeando. Varios estudios han demostrado que la suplementación con CoQ10 puede mejorar las dificultades respiratorias y la capacidad de ejercicio en personas con insuficiencia cardíaca.
5. Hipertensión arterial
Los estudios demuestran que las personas con hipertensión tienden a tener niveles más bajos de CoQ10. Esto tiene sentido dado su papel vital en la promoción de la salud cardiovascular y la mejora del metabolismo energético celular.
Los estudios clínicos demuestran que un suplemento de CoQ10 de unos 100-200 mg diarios puede ayudar a reducir la presión arterial en personas con hipertensión. Un metaanálisis de 12 ensayos clínicos descubrió que la CoQ10 podía reducir tanto la presión arterial sistólica como la diastólica.
Si padece hipertensión arterial que no está bien controlada con medicamentos, considere la posibilidad de tomar suplementos de CoQ10 para ayudar a normalizar sus niveles de tensión arterial. Pero no deje de tomar sus medicamentos habituales para la tensión arterial.
6. Palpitaciones
Las palpitaciones cardíacas describen sensaciones como un corazón acelerado, aleteante o palpitante. Las palpitaciones cardíacas pueden estar causadas por una deficiencia de CoQ10, que puede alterar el metabolismo energético en el tejido cardíaco.
Algunos estudios clínicos demuestran que tomar suplementos de CoQ10 ayuda a reducir las palpitaciones y mejora el ritmo cardiaco en pacientes con prolapso de la válvula mitral. Consulte siempre a un médico si experimenta palpitaciones frecuentes o prolongadas.
7. Dolor torácico
La angina de pecho o el dolor torácico también pueden apuntar a veces a una posible deficiencia de CoQ10. La alteración de la respiración celular en los músculos del corazón por niveles bajos de CoQ10 puede desencadenar molestias en el pecho en algunos casos.
Algunos estudios indican que un suplemento de CoQ10 de unos 100-200 mg al día puede ayudar a aliviar el dolor torácico y mejorar la tolerancia al ejercicio en pacientes con angina. Pero el dolor torácico es un síntoma grave que requiere un diagnóstico médico adecuado.
8. Colesterol alto
La CoQ10 está íntimamente implicada en el metabolismo energético celular, que también abarca la síntesis del colesterol. Unos niveles bajos de CoQ10 pueden contribuir a unos perfiles de colesterol anormales.
Algunos estudios demuestran que la suplementación con CoQ10 puede reducir modestamente el colesterol total y el colesterol LDL al tiempo que aumenta el colesterol HDL. Un metaanálisis de 12 ensayos clínicos descubrió que la CoQ10 disminuía significativamente el colesterol total y los triglicéridos.
Si tiene el colesterol alto, considere la posibilidad de tomar suplementos de CoQ10 además de hacer cambios en su estilo de vida y tomar otros remedios naturales. Pero no deje de tomar sus medicamentos para el colesterol sin consultar a su médico.
9. Dolores de cabeza y migrañas
Existen algunas pruebas de que la disminución de la disponibilidad de CoQ10 y el deterioro de la función mitocondrial pueden desempeñar un papel en ciertos tipos de dolores de cabeza.
Algunos estudios han demostrado que un suplemento de CoQ10 de entre 100 y 400 mg al día puede ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de los dolores de cabeza, tanto en adultos como en niños. Aún se necesita más investigación, pero la suplementación con CoQ10 puede ser beneficiosa para ciertos trastornos del dolor de cabeza.
10. Náuseas y vómitos
En ocasiones, la sensación de náuseas y vómitos puede deberse al agotamiento de la energía celular. La pérdida de apetito, la hinchazón y la intolerancia a los alimentos grasos también pueden ser señales de un estado bajo de CoQ10.
Un estudio descubrió que la administración de suplementos de CoQ10 a pacientes en diálisis renal reducía significativamente las náuseas y los vómitos en comparación con el placebo. En otro ensayo, la terapia con CoQ10 disminuyó las molestias digestivas relacionadas con las migrañas.
11. Calambres musculares y uso de estatinas
Tomar estatinas como la atorvastatina y la simvastatina para reducir el colesterol puede agotar las reservas de CoQ10 y provocar una miopatía inducida por estatinas que se manifiesta como calambres, dolores o debilidad musculares.
Múltiples estudios demuestran que la suplementación con CoQ10 mejora notablemente los síntomas musculares y la miopatía asociados a las estatinas. La CoQ10 restaura los niveles agotados y favorece el metabolismo energético en las mitocondrias musculares.
Si está en tratamiento con estatinas y experimenta calambres o debilidad muscular, hable con su médico sobre la posibilidad de añadir suplementos de CoQ10 que pueden ayudar a resolver estos síntomas.
12. Infertilidad masculina y problemas de fertilidad
La salud y la motilidad del esperma requieren abundante energía celular. La mala calidad del esperma en los hombres puede deberse a veces a unos niveles bajos de CoQ10.
Algunas investigaciones indican que tomar suplementos de CoQ10 puede mejorar la concentración de esperma, la motilidad y la capacidad de fecundación en los hombres afectados por infertilidad idiopática. La terapia con CoQ10 también puede beneficiar la fertilidad de las mujeres, aunque se necesitan más pruebas.
13. Trastornos neurodegenerativos
El deterioro de la función mitocondrial y el daño oxidativo contribuyen probablemente a los trastornos neurodegenerativos relacionados con la edad, como el Parkinson y la enfermedad de Alzheimer. Los pacientes suelen mostrar niveles reducidos de CoQ10.
Aunque todavía se necesita más investigación, algunos estudios sugieren que la suplementación con CoQ10 alrededor de 300-600 mg al día puede ofrecer beneficios neuroprotectores al apoyar la función mitocondrial en el cerebro y reducir el estrés oxidativo.
14. Diabetes
El estrés oxidativo y la inflamación favorecen la resistencia a la insulina que subyace a la diabetes. Como antioxidante y antiinflamatorio, la CoQ10 puede ayudar a contrarrestar estos procesos patógenos.
Algunos estudios clínicos demuestran que la suplementación con CoQ10 puede mejorar la secreción de insulina en el páncreas y aumentar la sensibilidad a la insulina en los tejidos de las personas diabéticas. También puede proteger contra la enfermedad renal diabética.
15. Problemas auditivos y acúfenos
El oído interno y el sistema auditivo tienen grandes demandas energéticas y son especialmente vulnerables a la disfunción mitocondrial. El deterioro del flujo sanguíneo coclear puede desencadenar pérdida de audición y tinnitus.
Los estudios en humanos indican que los suplementos de CoQ10 de unos 100-300 mg al día pueden mejorar los umbrales auditivos, la discriminación del habla y reducir la gravedad de los síntomas del tinnitus y la pérdida de audición inducida por el ruido.
16. Trastornos oculares
La retina tiene una tasa metabólica particularmente alta y depende de mitocondrias sanas para satisfacer sus importantes necesidades energéticas. La disfunción mitocondrial está relacionada con las enfermedades de la retina y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
Un suplemento de CoQ10 puede mejorar la producción mitocondrial de ATP en las células de la retina. Algunos estudios sugieren que la CoQ10 puede beneficiar a ciertos trastornos de la retina como la DMAE y la retinopatía diabética. Aún se están llevando a cabo más investigaciones.
Diagnóstico de la deficiencia de CoQ10
No existe un intervalo de referencia definido para los niveles óptimos de CoQ10 en suero. La deficiencia de CoQ10 suele sospecharse basándose en los factores de riesgo y los síntomas, en lugar de medir directamente los niveles de CoQ10 en sangre. Las pruebas también son costosas y no están ampliamente disponibles.
Algunos grupos considerados de riesgo para la deficiencia de CoQ10 incluyen:
- Adultos mayores
- Individuos con enfermedades cardiacas
- Personas con hipertensión
- Los que toman estatinas
- Individuos con trastornos mitocondriales
- Personas con diabetes, enfermedades neurodegenerativas o problemas de fertilidad
Los médicos pueden realizar pruebas específicas para detectar la deficiencia de CoQ10 en pacientes que presenten síntomas resistentes al tratamiento, como insuficiencia cardiaca, encefalomiopatía, enfermedad multisistémica infantil grave, ataxia cerebelosa o miopatía aislada.
La medición directa de los niveles de CoQ10 puede ayudar a confirmar una deficiencia. Una concentración sérica de CoQ10 inferior a 0,8 μg/mL se considera deficiente. Los niveles saludables se sitúan entre 0,5 y 1,5 μg/mL. La suplementación está justificada si los niveles son muy bajos.
Tenga en cuenta que la mayoría de los síntomas de deficiencia de CoQ10 suelen ser sutiles e inespecíficos y pueden tener múltiples factores contribuyentes. Muchos médicos prescriben suplementos de CoQ10 de forma empírica para aliviar ciertos síntomas en lugar de basarse en una deficiencia confirmada.
Dosis para la deficiencia de CoQ10
No existe una cantidad dietética recomendada (CDR) establecida para la ingesta de CoQ10. Los suplementos están disponibles sin receta en concentraciones que van de 30 mg a 200 mg.
La dosis terapéutica óptima puede variar mucho según el individuo y la afección que se esté tratando. Las personas con deficiencia de CoQ10 pueden necesitar dosis diarias más altas, entre 100 y 300 mg.
Algunos estudios utilizaron cantidades incluso superiores, entre 300 y 2.400 mg diarios, pero sólo bajo supervisión médica. Lo mejor es consultar a un profesional de la salud para determinar la dosis adecuada de CoQ10 en función de su estado de salud específico.
Divida su dosis diaria de CoQ10 en 2 ó 3 dosis más pequeñas tomadas con las comidas para mejorar la absorción. La forma de ubiquinol puede utilizarse mejor que la de ubiquinona, especialmente a medida que envejecemos.
Además, tome los suplementos de CoQ10 junto con grasas o aceites para potenciar su absorción. Evite dosis elevadas de más de 200 mg al día sin orientación médica. Busque la opinión de un profesional antes de utilizar CoQ10 en niños.
Fuentes alimentarias de CoQ10
Aunque nuestro organismo sintetiza la CoQ10, también puede obtener pequeñas cantidades de su dieta. Sin embargo, las fuentes alimentarias sólo aportan alrededor de 3 a 5 mg diarios de CoQ10.
Algunas de las mejores fuentes dietéticas son:
- Carnes de órganos como corazón, riñón e hígado
- Carne de vacuno y bisonte alimentados con pasto
- Pescados grasos como la caballa, el arenque, la trucha y la sardina
- Frutos secos y semillas como pistachos, semillas de sésamo y cacahuetes
- Espinacas, brócoli y coliflor
- Huevos y productos lácteos
- Aceites de soja y colza
- Frutas como naranjas, fresas y aguacates
Tenga en cuenta que la producción típica de CoQ10 disminuye sustancialmente a medida que envejecemos. Los adultos mayores probablemente se beneficiarían de una ingesta más fiable de CoQ10 a través de suplementos.
Factores como el procesado de los alimentos, la cocción y el envejecimiento también pueden agotar hasta el 98% del contenido de CoQ10 en los alimentos. De ahí que la suplementación cobre mayor importancia para superar cualquier deficiencia, especialmente a medida que envejecemos.
Posibles efectos secundarios de la CoQ10
Los suplementos de CoQ10 son bien tolerados por la mayoría de las personas en las dosis recomendadas habitualmente. Los efectos adversos son raros pero pueden incluir:
- Malestar estomacal, náuseas, diarrea
- Pérdida de apetito
- Insomnio y sobreestimulación
- Fatiga
- Erupciones cutáneas (rara vez)
- Dolores de cabeza (poco frecuentes)
Dosis elevadas superiores a 300 mg al día podrían aumentar el riesgo de efectos adversos. Consulte a su médico antes de superar los 200 mg diarios, sobre todo si padece alguna enfermedad subyacente o toma algún medicamento.
Los suplementos de CoQ10 pueden interactuar con anticoagulantes como la warfarina y medicamentos antidepresivos. Consulte a un médico antes de utilizar CoQ10 si toma algún medicamento con receta o tiene programada una intervención quirúrgica.
Por lo demás, la CoQ10 es muy segura en las dosis habituales y se han registrado pocos efectos secundarios. Pueden ser necesarios de 2 a 3 meses de uso continuado para experimentar beneficios. Elija una marca acreditada y busque asesoramiento profesional sobre la dosis adecuada.
Señales de que puede necesitar CoQ10
Algunos puntos clave de los síntomas y las condiciones de salud relacionadas con la deficiencia de CoQ10 incluyen:
- Fatiga, debilidad y dolores musculares
- Niebla cerebral, dificultad para concentrarse
- Falta de aliento y dolor en el pecho
- Hipertensión y colesterol
- Dolores de cabeza y problemas visuales
- Náuseas, hinchazón y problemas intestinales
- Calambres musculares con el uso de estatinas
- Infertilidad y desequilibrios hormonales
- Diabetes y trastornos metabólicos
- Trastornos neurodegenerativos
- Pérdida auditiva y acúfenos
Aunque todavía se necesita más investigación, corregir una deficiencia subyacente de CoQ10 puede ayudar a aliviar algunos de estos síntomas. Un análisis de sangre puede confirmar unos niveles bajos.
Los suplementos de CoQ10 impulsan el metabolismo energético, actúan como un potente antioxidante, mejoran la salud del corazón y el cerebro y ofrecen otros beneficios. Consulte a un médico para determinar si la suplementación con CoQ10 puede ser útil en su situación.
¿Cuáles son los síntomas de la necesidad de CoQ10? Conclusión
En resumen, la CoQ10 es una sustancia vital para la producción de energía celular y la protección antioxidante. La disminución de sus niveles puede traducirse en diversos síntomas relacionados con la fatiga, la función muscular y cerebral, la salud cardiovascular, etc.
Medir directamente los niveles de CoQ10 puede confirmar una deficiencia, especialmente en grupos de alto riesgo como los ancianos y los enfermos crónicos. Los médicos pueden entonces prescribir suplementos de CoQ10 para ayudar a reponer los niveles.
Se suelen utilizar dosis de entre 100 y 300 mg diarios, en dosis divididas con alimentos y aceites. Las personas con deficiencia pueden requerir dosis finales más altas bajo orientación médica. La forma de ubiquinol puede absorberse mejor.
Aunque las fuentes alimentarias sólo aportan pequeñas cantidades, el consumo de vísceras, pescados grasos, huevos, semillas y aceites vegetales puede aumentar en cierta medida la ingesta dietética de CoQ10.
Los suplementos de CoQ10 son seguros, bien tolerados y pueden ayudar a aliviar ciertos síntomas. Pero su uso óptimo requiere un enfoque individualizado basado en las condiciones y necesidades de salud específicas. Consulte a un profesional sanitario para determinar si la suplementación con CoQ10 puede ser beneficiosa para usted.
Recursos utilizados para escribir este artículo
Alcocer, L. (2021). Suplementación con coenzima Q10 (CoQ10) en el tratamiento de la fatiga, el dolor y la disfunción cognitiva asociados a la fibromialgia: Un estudio piloto abierto. Medicina del dolor, 22(3), 645-654. https://doi.org/10.1093/pm/pnaa285
Dai, Y. L., Luk, T. H., Yiu, K. H., Wang, M., Yip, P. M., Lee, S. W., ... & Siu, C. W. (2013). La reversión de la disfunción mitocondrial mediante un suplemento de coenzima Q10 mejora la función endotelial en pacientes con disfunción sistólica ventricular izquierda isquémica: un ensayo controlado aleatorizado. Atherosclerosis, 227(2), 306-313. https://doi.org/10.1016/j.atherosclerosis.2012.11.013
Gvozdjakova, A., Kucharska, J., Bartkovjakova, M., Gazdikova, K., & Gazdik, F. E. (2005). La suplementación con coenzima Q10 reduce la dosis de corticosteroides en pacientes con asma bronquial. Biofactors, 25(1-4), 235-240. https://doi.org/10.1002/biof.5520250134
Hodgson, J. M., Watts, G. F., Playford, D. A., Burke, V., & Croft, K. D. (2002). La coenzima Q10 mejora la presión arterial y el control glucémico: un ensayo controlado en sujetos con diabetes de tipo 2. Revista europea de nutrición clínica, 56(11), 1137-1142. https://doi.org/10.1038/sj.ejcn.1601464
Kumar, A., Kaur, H., Devi, P., & Mohan, V. (2009). Papel de la coenzima Q10 (CoQ10) en las enfermedades cardiacas, la hipertensión y el síndrome de Meniere. Pharmacology & therapeutics, 124(3), 259-268. https://doi.org/10.1016/j.pharmthera.2009.07.002
Langsjoen, P. H., & Langsjoen, A. M. (2014). Suplemento de ubiquinol en pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva avanzada. Biofactors, 40(1), 119-128. https://doi.org/10.1002/biof.1114
Malyankar, U. V., Almhero, J. C., Hammell, D. C., Ward, R. J., McLean, L., & D'Souza, G. G. M. (2021). Ensayo controlado aleatorizado sobre los efectos de la suplementación con coenzima Q10 en el aprendizaje, la memoria y la fatiga en estudiantes universitarios sanos. Frontiers in aging neuroscience, 13, 626787. https://doi.org/10.3389/fnagi.2021.626787
Mohr, D., Bowry, V. W., & Stocker, R. (1992). La suplementación dietética con coenzima Q10 produce un aumento de los niveles de ubiquinol-10 dentro de las lipoproteínas circulantes y una mayor resistencia de la lipoproteína humana de baja densidad al inicio de la peroxidación lipídica. Biochimica et Biophysica Acta (BBA)-Lípidos y metabolismo lipídico, 1126(3), 247-254. https://doi.org/10.1016/0005-2760(92)90235-5
Mortensen, S. A., Rosenfeldt, F., Kumar, A., Dolliner, P., Filipiak, K. J., Pella, D., ... & Littarru, G. P. (2014). The effect of coenzyme Q10 on morbidity and mortality in chronic heart failure: results from Q-SYMBIO: a randomized double-blind trial. JACC: Insuficiencia cardíaca, 2(6), 641-649. https://doi.org/10.1016/j.jchf.2014.06.008
Pepping, J. (1999). La coenzima Q10. American Journal of Health-System Pharmacy, 56(6), 519-521. https://doi.org/10.1093/ajhp/56.6.519
Rosenfeldt, F. L., Haas, S. J., Krum, H., Hadj, A., Ng, K., Leong, J. Y., & Watts, G. F. (2007). La coenzima Q10 en el tratamiento de la hipertensión: un metaanálisis de los ensayos clínicos. Journal of human hypertension, 21(4), 297-306. https://doi.org/10.1038/sj.jhh.1002138
Young, A. J., Johnson, S., Steffens, D. C., & Doraiswamy, P. M. (2007). Coenzima Q10: una revisión de su promesa como neuroprotector. CNS spectrums, 12(1), 62-68. https://doi.org/10.1017/S1092852900021283