¿Cuáles son las 10 cosas que más preocupan a la gente?
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La preocupación y la ansiedad son sentimientos muy comunes que la mayoría de la gente experimenta de vez en cuando. Según encuestas e investigaciones recientes, hay algunas preocupaciones que son más frecuentes que otras. Aunque las cosas concretas que preocupan a la gente pueden variar en función de la edad, la ubicación, la cultura y las circunstancias individuales, hay algunos temas generales que tienden a ser preocupaciones muy comunes.
Índice:
- Las 10 preocupaciones más comunes
- Por qué nos preocupan estas cosas
- Consejos para gestionar las preocupaciones habituales
- Cuándo buscar ayuda profesional para la ansiedad y la preocupación
- Cuándo acudir rápidamente al médico
- Conclusión y conclusiones
-
Preguntas frecuentes
- ¿Cuál es la diferencia entre preocupación, estrés y ansiedad?
- ¿Es útil preocuparse alguna vez?
- ¿Puede ser perjudicial preocuparse?
- ¿Qué causa la preocupación excesiva?
- ¿Cuándo la preocupación indica un trastorno de ansiedad?
- ¿Qué técnicas ayudan a gestionar la preocupación?
- ¿Qué tratamientos ayudan a los preocupones crónicos?
- ¿Cómo puede apoyar a un amigo o ser querido que se preocupa en exceso?
- ¿Cuándo debe buscar ayuda de urgencia para la ansiedad?
- ¿Cuál es la mejor manera de detener los pensamientos ansiosos?
En este detallado artículo, exploraremos las 10 cosas por las que los estudios han demostrado que muchas personas se preocupan con frecuencia, analizaremos por qué estas cuestiones en particular desencadenan la preocupación y ofreceremos algunos consejos y recursos para gestionar las preocupaciones y ansiedades más comunes.
Las 10 preocupaciones más comunes
He aquí 10 de las preocupaciones más frecuentes que experimentan los adultos:
1. Dinero y finanzas
Las preocupaciones sobre el dinero y la seguridad financiera encabezan habitualmente la lista de cosas que preocupan a la gente. En concreto, no tener suficiente dinero para pagar las facturas, las deudas, el aumento del coste de la vida y ahorrar lo suficiente para la jubilación son algunas de las mayores preocupaciones relacionadas con el dinero.
Las preocupaciones financieras suelen aumentar durante las recesiones económicas y los periodos de incertidumbre. Sin embargo, el dinero puede causar estrés incluso cuando las cosas son relativamente estables, especialmente para las personas que luchan con deudas o que viven de cheque en cheque.
2. Salud y seguridad de los seres queridos
Para muchas personas, la salud y el bienestar de familiares y amigos cercanos es una fuente importante de preocupación. En particular, preocuparse por los hijos es muy común entre los padres. Sin embargo, preocuparse por la seguridad y la salud de la pareja, los hermanos, los padres y otros seres queridos también es frecuente.
A veces son problemas o riesgos de salud específicos los que desencadenan estas preocupaciones. Otras veces, se trata de una preocupación más general por perder a alguien cercano. Acontecimientos como enfermedades, lesiones o accidentes pueden aumentar estas preocupaciones.
3. Preocupaciones laborales y profesionales
El trabajo está estrechamente ligado a la seguridad financiera, por lo que las preocupaciones laborales y profesionales son muy frecuentes. Perder un empleo, no poder encontrar trabajo, que no guste un trabajo, la inestabilidad laboral y la incertidumbre sobre las perspectivas profesionales futuras figuran en la lista de las 10 preocupaciones más frecuentes.
El subempleo y las dificultades para cambiar de carrera o progresar también contribuyen a estas preocupaciones para muchas personas. Las preocupaciones laborales tienden a aumentar durante las recesiones y cuando las empresas comunican despidos.
4. Problemas de relación
Para los que tienen pareja, las preocupaciones sobre las relaciones son muy frecuentes. Entre las preocupaciones más comunes en las relaciones se incluyen los conflictos con la pareja, la pérdida de conexión e intimidad, la infidelidad o los problemas de confianza, los objetivos y valores diferentes y la preocupación de que a la pareja no le importe.
También son comunes otras preocupaciones en las relaciones, como la preocupación por la salud de la pareja, los cambios de humor, la falta de apoyo y la mala comunicación. El estrés en las relaciones tiende a ser mayor entre las parejas con hijos.
5. Ansiedad y depresión
Muchas personas se preocupan por experimentar sentimientos de ansiedad, pánico, tensión y depresión. Las encuestas mundiales realizadas durante la pandemia de COVID-19 indicaron un gran aumento del número de personas que declaraban estar preocupadas por su salud mental y tener sentimientos de aislamiento.
El estrés continuo, los acontecimientos traumáticos, el duelo, el desempleo, los problemas de dinero, la soledad y muchos otros factores pueden desencadenar o empeorar la ansiedad y la depresión. Quienes la padecen suelen preocuparse por la gestión de los sentimientos, las repercusiones en el trabajo y las relaciones y la búsqueda de ayuda adecuada.
6. Preocupaciones por la apariencia y el peso
La apariencia es sistemáticamente una de las principales preocupaciones declaradas, especialmente entre los adultos más jóvenes. Las preocupaciones por el peso, la forma del cuerpo, parecer feo o viejo, la caída del cabello y los problemas de la piel son comunes para muchas personas.
El uso de las redes sociales y los mensajes poco realistas de la publicidad tienden a amplificar las presiones sobre la apariencia. La discriminación y los juicios sobre la apariencia pueden alimentar aún más estas preocupaciones.
7. acontecimientos mundiales y política
Muchas personas afirman estar preocupadas por cuestiones globales como la guerra, el terrorismo, la inestabilidad política, el cambio climático, la pobreza, el hambre y las violaciones de los derechos humanos. Cuestiones locales como los índices de criminalidad y los disturbios civiles también despiertan altos niveles de preocupación.
La continua cobertura informativa de catástrofes, conflictos, políticas divisivas y crisis económicas alimentan este tipo de preocupaciones en grandes segmentos de la población. La preocupación por las generaciones futuras también es común.
8. Covid-19 y preocupaciones pandémicas
La pandemia de COVID-19 ha introducido muchas preocupaciones nuevas en los últimos años. El miedo a contraer el virus, la preocupación por la salud personal y la de los seres queridos, la fatiga pandémica, la pérdida de conexiones sociales, la inestabilidad laboral y la ansiedad ante las vacunas han sido muy comunes.
Las nuevas variantes de virus, las luchas para controlar los brotes, la desinformación y la politización de las medidas de salud pública han prolongado el estrés y la incertidumbre pandémicos para muchas personas.
9. Problemas de sueño
Las dificultades para conciliar el sueño son una fuente de preocupación tanto para quienes padecen trastornos del sueño diagnosticados, como el insomnio, como para las personas que experimentan problemas ocasionales para dormir.
Entre las preocupaciones comunes relacionadas con el sueño se incluyen dormir poco, tener problemas para conciliar el sueño o para permanecer dormido, sentirse cansado durante el día, temer desarrollar un trastorno del sueño y preocuparse por las repercusiones de un sueño deficiente en la salud mental y física.
10. La muerte y el morir
Aunque no es una preocupación cotidiana para la mayoría, los pensamientos y temores sobre la muerte y el morir figuran en algún momento en la lista de los 10 principales para una minoría considerable de adultos. Las enfermedades terminales propias o ajenas, el miedo general a la muerte o a morir joven y las preocupaciones sobre el proceso de la muerte son temas comunes.
Acontecimientos como un diagnóstico grave o un accidente trágico, el aniversario de una pérdida o los hitos de cumpleaños a medida que envejecemos pueden volver a despertar estas preocupaciones.
Por qué nos preocupan estas cosas
Las cosas concretas que nos preocupan suelen implicar amenazas o riesgos para cosas que nos importan mucho: nuestra salud y seguridad, los seres queridos, la seguridad financiera, los valores y los objetivos vitales. Los pensamientos preocupantes surgen como la forma que tiene nuestra mente de intentar resolver problemas y evitar posibles daños o pérdidas.
Por supuesto, preocuparse en exceso es mentalmente agotador y a menudo improductivo. Pero los psicólogos nos dicen que cierta preocupación es normal e incluso adaptativa. Una cantidad moderada de preocupación por riesgos o problemas reales puede motivarnos para tomar precauciones sensatas y planificar soluciones constructivas.
Tendemos a preocuparnos por cuestiones más inmediatas que nos afectan como el dinero, la familia o el trabajo. Pero muchas preocupaciones también tienen su origen en la incertidumbre sobre el futuro. La jubilación, los cambios profesionales, el envejecimiento, el futuro de nuestros hijos y los acontecimientos mundiales pueden representar vagas amenazas futuras que desencadenan la preocupación.
Los cambios importantes en la vida y las crisis imprevisibles como una enfermedad o una catástrofe natural también magnifican la preocupación. Cualquier acontecimiento que se perciba como una amenaza para nuestra seguridad, protección, salud, lazos familiares u objetivos puede provocar pensamientos preocupantes.
Los rasgos de personalidad como el neuroticismo y el pesimismo, los problemas de salud mental como la ansiedad generalizada y los problemas de salud física también pueden predisponer a las personas a preocuparse más. Los preocupones tienden a experimentar más estrés y ansiedad en respuesta a situaciones inciertas y escenarios potenciales del tipo "qué pasaría si..." en comparación con los no preocupones.
Consejos para gestionar las preocupaciones habituales
Dado que todo el mundo experimenta preocupaciones y ansiedad en ocasiones, es importante contar con algunas estrategias saludables para evitar que las preocupaciones se vuelvan excesivas o debilitantes:
- Mantenga la perspectiva - Intente ver sus preocupaciones en el contexto más amplio de su vida en general en lugar de exagerar su importancia.
- Obtenga hechos - Investigue o hable con expertos para obtener información objetiva que pueda contrarrestar preocupaciones poco realistas o exageradas.
- Elaboreun plan - Piense en los pasos prácticos que puede dar para prepararse y gestionar los problemas que están bajo su control.
- Deje ir lo que no puede controlar - Acepte y adáptese a cosas como las fluctuaciones del mercado, la política o el envejecimiento que no puede controlar totalmente.
- Gestione el tiempo y la rutina - No se obsesione ni se entretenga con las preocupaciones. Reserve un "tiempo de preocupación" específico y sumérjase en actividades productivas.
- Háblelo - Verbalizar las preocupaciones con un ser querido que le apoye o con un profesional puede ayudar a desactivar el control que ejercen sobre sus pensamientos.
- Manténgase sano - Cuide su salud física y mental con buenos hábitos de autocuidado. Cosas como un sueño adecuado, ejercicio y conexiones sociales saludables ayudan a desarrollar la resiliencia.
- Considere el asesoramiento - Si las preocupaciones se vuelven excesivas y repercuten significativamente en el trabajo, las relaciones o la calidad de vida, consultar a un psicólogo o consejero puede ayudarle.
Cuándo buscar ayuda profesional para la ansiedad y la preocupación
Las preocupaciones ocasionales son normales, pero la preocupación excesiva e incontrolable y la ansiedad relacionada que interfiere con la vida diaria pueden indicar un trastorno de ansiedad. Se recomienda consultar a un médico o a un profesional de la salud mental si la preocupación y la ansiedad:
- Causar una angustia emocional significativa
- Interfiere con el trabajo, la escuela o las relaciones
- Tener un impacto negativo en el estado de ánimo, el sueño, el apetito o los niveles de energía
- Incluyen ataques de pánico, comportamientos compulsivos o pensamientos intrusivos
- Implican el abuso de sustancias como mecanismo de afrontamiento
- No mejoran con estrategias de autoayuda
La terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de exposición, la medicación para la ansiedad o las prácticas de atención plena son tratamientos comunes que los médicos pueden recomendar.
Unirse a un grupo de apoyo también puede ayudar a las personas a darse cuenta de que no están solas a la hora de enfrentarse a problemas como el estrés financiero, las presiones laborales, los problemas de pareja, los problemas de salud u otras preocupaciones comunes.
Cuándo acudir rápidamente al médico
En algunas circunstancias, las personas con ansiedad grave o pánico pueden sentir que están sufriendo una emergencia de salud mental. Entre las señales de alarma que requieren atención médica urgente se incluyen:
- Pensamientos de hacerse daño o suicidarse
- Ver, oír o creer cosas que no son reales (alucinaciones o delirios)
- Pensamientos incontrolables y acelerados e incapacidad para concentrarse
- Un ataque de pánico grave que dure más de 10 minutos
- Dolor inexplicable en el pecho, palpitaciones o falta de aliento
Los médicos de urgencias pueden proporcionar un alivio rápido de la ansiedad y evaluar si es necesaria la hospitalización para la observación y el tratamiento de la salud mental.
Conclusión y conclusiones
- Preocuparse hasta cierto punto por cuestiones como las finanzas, la familia, el trabajo, la salud y el futuro es habitual
- Las preocupaciones más frecuentes tienden a implicar amenazas a la seguridad, la salud, los seres queridos y los objetivos vitales
- Un poco de preocupación puede ser motivadora pero la preocupación excesiva es improductiva y emocionalmente agotadora
- Mantener las preocupaciones manejables requiere perspectiva, planificación, franqueza, una vida sana y buscar apoyo cuando sea necesario
- Los trastornos de ansiedad y los problemas de salud mental relacionados pueden requerir asesoramiento, terapia y otros tratamientos profesionales
Saber que nos enfrentamos a preocupaciones compartidas puede proporcionarnos cierto consuelo y motivación para ayudarnos mutuamente a gestionar los retos y construir una sociedad con mayores oportunidades, conexión y cuidados.
Preguntas frecuentes
He aquí las respuestas a algunas preguntas comunes relacionadas con la preocupación y la ansiedad:
¿Cuál es la diferencia entre preocupación, estrés y ansiedad?
- La preocupación implica pensamientos repetitivos centrados en amenazas potenciales o en los peores resultados posibles. La preocupación excesiva e incontrolable es característica de los trastornos de ansiedad.
- El estrés es una reacción a una situación exigente que provoca tensión física, emocional y psicológica. El estrés agudo es temporal mientras que el crónico persiste en el tiempo.
- La ansiedad es aprensión o inquietud ante futuros peligros o amenazas. La ansiedad se convierte en un trastorno cuando es desproporcionada con respecto a una situación y causa un deterioro y una angustia significativos.
¿Es útil preocuparse alguna vez?
Sí, un cierto nivel de preocupación por los problemas reales, los riesgos y los retos de la vida es normal y puede ayudar a motivar la planificación y la resolución de problemas. Una preocupación leve o moderada que va y viene no es necesariamente insana. Pero una preocupación excesiva y persistente suele ser improductiva y perjudicial a largo plazo.
¿Puede ser perjudicial preocuparse?
Sí, la preocupación y la ansiedad crónicas pueden perjudicar considerablemente el funcionamiento cotidiano, la calidad del sueño, el rendimiento laboral y las relaciones. La ansiedad a largo plazo está relacionada con la depresión, el deterioro del sistema inmunológico y afecciones como las cardiopatías, el síndrome del intestino irritable y las migrañas.
¿Qué causa la preocupación excesiva?
La biología, las experiencias de la infancia, los traumas, el estrés, las distorsiones cognitivas, los rasgos de personalidad y los trastornos mentales pueden hacer que las personas sean más propensas a preocuparse. Pero a menudo la causa fundamental de la preocupación crónica es simplemente la rumiación habitual.
¿Cuándo la preocupación indica un trastorno de ansiedad?
Si la preocupación y la ansiedad son persistentes, incontrolables, debilitantes y acompañan a otros síntomas emocionales y físicos, probablemente signifique un trastorno de ansiedad que requiere atención médica. Los trastornos comunes que implican una preocupación excesiva son el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y el TOC.
¿Qué técnicas ayudan a gestionar la preocupación?
Las estrategias de autoayuda como las prácticas de atención plena, el ejercicio, la socialización, la planificación productiva, la reestructuración cognitiva, vivir de acuerdo con los valores y la búsqueda de terapia profesional pueden ayudar a contrarrestar la preocupación improductiva.
¿Qué tratamientos ayudan a los preocupones crónicos?
La terapia cognitivo-conductual, la terapia de exposición, los medicamentos para la ansiedad, la hipnoterapia, los suplementos, la acupuntura, la meditación, la Técnica de Liberación Emocional (tapping), los cambios en el estilo de vida y unirse a un grupo de apoyo pueden ayudar a los preocupados crónicos.
¿Cómo puede apoyar a un amigo o ser querido que se preocupa en exceso?
Escuchar sin juzgar, animarles a abrirse, ayudarles a comprobar la realidad de los pensamientos distorsionados, ofrecer perspectiva, elogiar los pequeños progresos, apoyar los hábitos de vida saludables, recordarles los puntos fuertes y reforzar la terapia son algunas formas útiles de apoyar a un ser querido que lucha contra la ansiedad o la preocupación. Pero tenga cuidado de no permitir comportamientos de evitación o una búsqueda excesiva de consuelo.
¿Cuándo debe buscar ayuda de urgencia para la ansiedad?
Acuda a urgencias o llame a un teléfono de crisis si la ansiedad o la preocupación se agravan e incluyen pensamientos de autolesión, alucinaciones, pánico extremo, taquicardia, dolor en el pecho o dificultad para respirar. Esto puede indicar riesgos urgentes para la salud mental y física que requieren una intervención inmediata.
¿Cuál es la mejor manera de detener los pensamientos ansiosos?
Aprender a contrarrestar los pensamientos preocupados con afirmaciones más realistas y positivas puede ayudar. Pero a menudo el enfoque más eficaz es practicar simplemente dejando que los pensamientos pasen por su mente sin reaccionar ni intentar controlarlos. Esto empieza a reeducar a su cerebro para que no se quede atascado en patrones de rumiación preocupada. La meditación de atención plena regular ayuda a construir esta tolerancia a la incertidumbre y la preocupación.
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