¿Cuáles son los signos de la preocupación?
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La preocupación es una emoción humana normal que todo el mundo experimenta de vez en cuando. Sin embargo, para algunas personas, la preocupación puede llegar a ser excesiva y desembocar en trastornos de ansiedad que repercuten significativamente en la vida cotidiana. Reconocer los signos de una preocupación problemática es un primer paso importante para obtener ayuda. Este artículo explora las diferencias entre la preocupación normal y la preocupación excesiva, los principales signos y síntomas y cuándo buscar apoyo.
Índice:
- ¿Qué es la preocupación?
- Diferencias entre la preocupación normal y la preocupación excesiva
- Signos y síntomas de una preocupación problemática
- ¿Cuándo se convierte la preocupación en excesiva o problemática?
- ¿Qué causa la preocupación y la ansiedad excesivas?
- Trastornos relacionados con la preocupación excesiva
- Impactos en la salud de la preocupación crónica
- Cuándo buscar ayuda para preocuparse
- Tratamientos para la preocupación problemática
- Hacer frente a la preocupación normal
- Conclusión
-
Preguntas frecuentes
- ¿Cuál es la diferencia entre inquietud y preocupación?
- ¿La preocupación es lo mismo que la ansiedad?
- ¿Puede ser útil preocuparse un poco?
- ¿Preocuparse es un signo de debilidad?
- ¿Puede la preocupación afectar a la salud física?
- ¿Cómo puedo controlar mi preocupación?
- ¿Cuándo debo considerar la medicación para la preocupación?
- ¿Qué remedios naturales ayudan con la preocupación?
- ¿Los niños y los adolescentes también pueden tener problemas de preocupación excesiva?
- Recursos utilizados para escribir este artículo
¿Qué es la preocupación?
La preocupación se refiere a pensamientos y sentimientos ansiosos sobre amenazas reales o imaginarias o acontecimientos negativos que podrían ocurrir en el futuro. Un cierto nivel de preocupación puede ser beneficioso, ya que ayuda a motivar a las personas a prepararse para afrontar retos o peligros. Sin embargo, preocuparse en exceso por problemas poco probables o menores es improductivo y angustioso.
La preocupación se vuelve problemática cuando lo es:
- Excesiva - Preocuparse más intensa y frecuentemente de lo que la situación requiere.
- Incontrolable - Dificultad para dejar de preocuparse una vez que comienza.
- Interferentes - Los pensamientos preocupantes perturban la vida y el funcionamiento cotidianos.
Diferencias entre la preocupación normal y la preocupación excesiva
Preocupación normal:
- Se centra en problemas realistas o acontecimientos próximos
- Motiva a las personas a emprender acciones constructivas
- Remite una vez que se encuentra una solución o pasa el acontecimiento
- No perjudica significativamente las actividades diarias
Preocupación excesiva y problemática:
- Se centra en amenazas improbables o en los peores escenarios exagerados
- Provoca ansiedad angustiosa y persistente
- Es improductivo y poco realista
- Altera la capacidad para concentrarse y completar las tareas
- Interfiere en las relaciones, el trabajo y las actividades de ocio
Signos y síntomas de una preocupación problemática
Los principales signos y síntomas de la preocupación excesiva que se consideran problemáticos incluyen:
Dificultad para controlar los pensamientos preocupantes
- Mente constantemente centrada en las preocupaciones
- Pensamientos intrusivos del tipo "y si...".
- Obsesionarse y rumiar de forma improductiva
- Las preocupaciones se sienten incontrolables una vez que empiezan
Síntomas físicos de ansiedad
- Tensión muscular, dolores de cabeza, fatiga
- Inquietud, sensación de "estar al límite"
- Dificultad para concentrarse
- Irritabilidad
- Trastornos del sueño
Evitación y angustia
- Evitar las situaciones que desencadenan la preocupación
- Ansiedad angustiosa y persistente
- Dificultad para tolerar la incertidumbre
- Bajo estado de ánimo, falta de motivación
Interferencia con la vida cotidiana
- Deterioro de la capacidad para tomar decisiones
- Más dificultad para iniciar y completar tareas
- Menor rendimiento en el trabajo o en la escuela
- Relaciones tensas
- Menos participación en actividades sociales, de ocio o de ejercicio
¿Cuándo se convierte la preocupación en excesiva o problemática?
No existe un umbral específico que distinga la preocupación "normal" de la preocupación excesiva. Sin embargo, existen algunas pautas generales:
- Si la preocupación le parece incontrolable, persiste durante más de 6 meses y sucede más días de los que no, puede ser excesiva.
- Si la preocupación provoca una angustia significativa, un comportamiento de evitación, dificultad para funcionar o síntomas físicos, es probable que sea problemática.
- Si la preocupación perturba su rutina diaria, sus relaciones, su rendimiento laboral o sus tareas escolares, busque ayuda.
- Si pasa más de 1 hora al día preocupándose, es probable que esté interfiriendo en su vida.
Tenga en cuenta que todos nos preocupamos en cierta medida. La cuestión importante es si la preocupación le está haciendo la vida mucho más difícil a usted o a su ser querido.
¿Qué causa la preocupación y la ansiedad excesivas?
Para algunas personas, preocuparse es algo natural y sirve como mecanismo de afrontamiento del estrés y las incertidumbres de la vida. La preocupación excesiva también puede ser el resultado de problemas subyacentes como:
- Traumas o experiencias vitales adversas - Los traumas emocionales o los abusos sufridos en el pasado pueden hacer que las personas sean más propensas a preocuparse.
- Genética - Los trastornos de ansiedad como el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) tienen un componente genético.
- Química cerebral - Los desequilibrios de los neurotransmisores afectan a partes del cerebro implicadas en la preocupación.
- Personalidad - Tendencia al pesimismo, a la aversión al riesgo, al perfeccionismo o a complacer a la gente.
- Estrés - Los principales factores estresantes de la vida pueden desencadenar una preocupación persistente.
Aunque preocuparse puede empezar como un mecanismo de supervivencia, con el tiempo la preocupación crónica puede cobrar vida propia. Las personas que se preocupan adquieren el hábito de fijarse en las posibles amenazas, lo que hace difícil detenerlas.
Trastornos relacionados con la preocupación excesiva
Para algunas personas, la preocupación excesiva crónica es un síntoma asociado a ciertos trastornos mentales como:
- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG) - La preocupación excesiva y difícil de controlar por las cosas cotidianas es el síntoma principal. También se presentan síntomas de ansiedad física.
- Trastorno de ansiedad social - Preocupación extrema por las situaciones sociales debido a la preocupación por ser juzgado negativamente. Esto puede llevar a evitar las actividades sociales.
- Trastorno de pánico - Ataques de pánico recurrentes junto con una preocupación persistente por futuros ataques.
- Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) - Los pensamientos intrusivos no deseados provocan ansiedad crónica. Se realizan compulsiones y rituales para intentar aliviar esta angustia.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT) - Tras sufrir un trauma pueden aparecer graves preocupaciones y ansiedad junto con recuerdos y pesadillas.
- Depresión - Preocupación excesiva acompañada de sensación de abatimiento, fatiga, inutilidad o suicidio.
Obtener un diagnóstico preciso de un profesional de la salud mental es importante para orientar el tratamiento.
Impactos en la salud de la preocupación crónica
La preocupación excesiva es perjudicial para la salud mental y física. Los efectos potenciales sobre la salud incluyen:
- Mayor riesgo de trastornos mentales como la depresión clínica y el abuso de sustancias
- Deterioro del funcionamiento del sistema inmunitario
- Tensión cardiovascular y mayor riesgo de hipertensión arterial
- Problemas gastrointestinales como el síndrome del intestino irritable
- Dolores de cabeza, tensión muscular, dolor de espalda
- Menor calidad del sueño, fatiga
- Disminución de la calidad de vida y de la satisfacción vital
El estrés crónico derivado de una preocupación excesiva también aumenta la inflamación en el organismo, lo que puede empeorar afecciones como las enfermedades cardiacas, la diabetes y los trastornos autoinmunes.
Cuándo buscar ayuda para preocuparse
Es aconsejable buscar apoyo si:
- Se preocupa excesivamente durante más de 6 meses
- La preocupación le causa una angustia significativa e interfiere en su funcionamiento diario
- Se presentan síntomas físicos de ansiedad como tensión muscular, fatiga, irritabilidad
- Consume alcohol o drogas para hacer frente a la ansiedad derivada de la preocupación
- Su preocupación está causando problemas en las relaciones
- Las preocupaciones parecen incontrolables y omnipresentes
- Su estado de ánimo es bajo y la preocupación le impide disfrutar de la vida
Se recomienda hablar con un médico como primer paso. Ellos pueden comprobar si hay algún problema médico subyacente y remitirle a un profesional de la salud mental autorizado, como un psicólogo o un terapeuta, para que le diagnostique y le trate.
Los amigos y la familia también pueden ofrecerle un importante apoyo emocional. También existen grupos de apoyo a la preocupación en los que puede compartir experiencias y estrategias de afrontamiento eficaces.
Tratamientos para la preocupación problemática
El asesoramiento, la medicación, las estrategias de autoayuda o una combinación pueden utilizarse para tratar la preocupación excesiva en función de los síntomas y las necesidades de cada persona.
Asesoramiento
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es eficaz para enseñar estrategias prácticas para gestionar la preocupación crónica. La terapia de exposición puede ayudar a reducir las conductas de evitación.
Medicamentos
Pueden recetarse antidepresivos o ansiolíticos. Sin embargo, la medicación por sí sola suele ser inadecuada sin terapia.
Estrategias de autoayuda
Algunas técnicas útiles son los ejercicios de atención plena, la distracción, el ejercicio, limitar la preocupación a un tiempo determinado y pensar de forma más positiva.
Con un tratamiento adecuado, las personas pueden recuperar el control sobre sus preocupaciones y restablecer el equilibrio en sus vidas.
Hacer frente a la preocupación normal
Aprender a gestionar las preocupaciones cotidianas puede ayudar a evitar que se agraven. Algunas estrategias de afrontamiento saludables incluyen
- Centrarse en las soluciones que están bajo su control, en lugar de rumiar las incertidumbres.
- Compartir los sentimientos con amigos o familiares de confianza para ganar perspectiva.
- Tomar medidas constructivas siempre que sea posible, como prepararse para situaciones difíciles.
- Reservar un "tiempo de preocupación" dedicado en lugar de preocuparse todo el día.
- Realizar actividades relajantes como pasear, leer o escuchar música.
- Evitar el consumo excesivo de alcohol y estimulantes.
- Dormir lo suficiente, comer sano y hacer ejercicio con regularidad.
- Utilizando técnicas de atención plena y meditación.
- Buscar asesoramiento si las preocupaciones interfieren persistentemente con el funcionamiento.
Conclusión
En resumen, la preocupación se vuelve problemática cuando es excesiva, incontrolable, angustiosa y empieza a interferir en la vida cotidiana. Se recomienda buscar ayuda si la preocupación dura más de 6 meses, provoca síntomas físicos y altera su rutina. Tratamientos como la TCC, la medicación y la autoayuda pueden resultar eficaces. Si experimenta algún signo de preocupación problemática, acuda a un médico o a un profesional de la salud mental. Con las estrategias y el apoyo adecuados, puede superar la preocupación excesiva y la ansiedad.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la diferencia entre inquietud y preocupación?
La preocupación implica pensamientos sobre un problema real y motiva la acción. La preocupación suele consistir en pensamientos repetitivos y angustiosos sobre resultados inciertos o poco probables. La mayor parte de la preocupación tiene un enfoque ansioso y catastrófico.
¿La preocupación es lo mismo que la ansiedad?
La preocupación y la ansiedad están estrechamente relacionadas. La ansiedad describe síntomas físicos y mentales como sentirse tenso o al límite. La preocupación se refiere específicamente a los pensamientos ansiosos. La preocupación excesiva y angustiosa es un síntoma central de muchos trastornos de ansiedad.
¿Puede ser útil preocuparse un poco?
Un cierto nivel de preocupación por los problemas reales puede ser beneficioso al motivar la preparación y la prevención. Pero una preocupación excesiva por resultados improbables es improductiva.
¿Preocuparse es un signo de debilidad?
No, preocuparse no indica debilidad ni un defecto de carácter. La preocupación problemática y los trastornos de ansiedad tienen causas biológicas como la genética y la química cerebral. El asesoramiento y la medicación son tratamientos médicos eficaces.
¿Puede la preocupación afectar a la salud física?
Sí, las investigaciones demuestran que la preocupación crónica contribuye a problemas como dolores de cabeza, malestar gastrointestinal, hipertensión, peor función inmunológica y tensión cardiovascular. La preocupación excesiva es muy agotadora.
¿Cómo puedo controlar mi preocupación?
Entre las estrategias útiles se incluyen el pensamiento positivo, la concentración en el momento presente, dividir el tiempo de preocupación del tiempo de no preocupación, la respiración profunda, el ejercicio y la búsqueda de terapia. No evite las situaciones, ya que limitar la exposición aumenta la ansiedad con el tiempo.
¿Cuándo debo considerar la medicación para la preocupación?
Si la preocupación persiste durante más de 6 meses a pesar de practicar técnicas de autoayuda, la medicación ansiolítica o antidepresiva puede ser beneficiosa. La medicación es especialmente útil cuando se combina con la terapia cognitivo-conductual (TCC).
¿Qué remedios naturales ayudan con la preocupación?
Algunos suplementos naturales que pueden ayudar a rebajar la preocupación son el magnesio, el aceite de lavanda, la manzanilla, la pasiflora y los adaptógenos como la ashwagandha. Las actividades relajantes como el yoga, la meditación o la terapia de masajes también pueden ayudar a aliviar la ansiedad.
¿Los niños y los adolescentes también pueden tener problemas de preocupación excesiva?
Sí, los trastornos de ansiedad como el trastorno de ansiedad generalizada suelen comenzar en la infancia. Busque signos como problemas para dormir, fatiga, evitar la escuela o socializar, rabietas, comportamiento aferrado o molestias físicas frecuentes. Se recomienda buscar la evaluación de un psicólogo infantil.
Recursos utilizados para escribir este artículo
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