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Please insert a search term in the input field. If you have any question please contact usEl CBD, abreviatura de cannabidiol, y el THC, abreviatura de tetrahidrocannabinol, tal vez no sean los únicos compuestos presentes en el cannabis, pero son los dos más estudiados. Sigue leyendo para saber todo lo que necesitas saber sobre las diferencias entre estos importantes compuestos.
Índice:
Tanto el CBD como el THC pertenecen a una familia de compuestos químicos llamados cannabinoides, producidos en el interior de las plantas de cannabis. Sin embargo, al consumir cannabinoides es cuando pueden darse docenas de interacciones fascinantes. Estas interacciones influyen en partes vitales de nuestra fisiología, y por eso los aceites de CBD y otros productos basados en cannabinoides son tan populares.
Hasta la fecha, hay más de un centenar de cannabinoides conocidos dentro de la especie Cannabis sativa, y algunas fuentes citan un número exacto de 113. El CBD y el THC son los que se producen en mayores cantidades, por eso en ellos se centran casi todas las miradas. Los otros también pueden influir en nuestro cuerpo, pero son más difíciles de aislar y sabemos menos sobre su posible efecto.
El cannabidiol (CBD) es el segundo compuesto más abundante en el Cannabis sativa, pero eso no lo hace menos atractivo. El CBD posee algunas capacidades únicas que el THC no puede igualar. También es el principal ingrediente del aceite de CBD, un suplemento de bienestar cada vez más popular.
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El CBD no es tóxico, no provoca ningún subidón, y se dice que tiene el potencial de influir en el bienestar al apoyar procesos biológicos clave.
El THC es el principal compuesto del Cannabis sativa. Dejando a un lado la concentración, la fama del THC se debe a sus efectos secundarios psicotrópicos.
Mientras que el CBD (y otros cannabinoides) pueden influir en el bienestar sin efectos secundarios importantes, el THC interactúa con regiones específicas del cerebro y causa una sensación de euforia (subidón) que afecta temporalmente a la forma en que pensamos y sentimos.
Ya hemos mencionado sus orígenes, pero tanto el CBD como el THC provienen de la especie Cannabis sativa, formando una parte esencial de su composición química.
El Cannabis sativa es una especie vegetal diversa y extremadamente resistente, dividida en docenas de tipos, subespecies y variedades. El cáñamo y la marihuana son las variantes más habituales, pero hay miles, todas con características ligeramente diferentes. Sin embargo, tienen una cosa en común: una estructura química con CBD, THC y cientos de otros cannabinoides, terpenos y flavonoides.
Ahora bien, hay otras fuentes de estos compuestos (distintas plantas, frutas y verduras), pero el Cannabis sativa presenta, con diferencia, la mayor concentración de los tres. Y, aunque no entendemos completamente por qué, el cuerpo humano ha evolucionado para reaccionar a estas tres familias de compuestos orgánicos.
La principal diferencia entre el cáñamo y la marihuana es su estructura química. Mientras que las plantas pueden parecer similares a simple vista, bajo un microscopio es una historia diferente.
El cáñamo es naturalmente rico en CBD, mientras que es bajo en THC, lo que lo hace legal en gran parte del mundo moderno, siempre que la concentración de THC se mantenga por debajo del 0,2-0,3%. Afortunadamente, la cría comercial ha reducido significativamente los niveles de THC presentes en el cáñamo, haciéndolo un candidato ideal para aceites de CBD, cápsulas y más.
La marihuana, por otro lado, es rica en THC, pero puede, dependiendo de la cepa, contener niveles significativos de CBD. Desafortunadamente, dados los retos legales que conlleva el THC, no siempre es viable para el sector del CBD.
Saber de dónde proceden el CBD y el THC es una cosa, pero entender cómo afectan al cuerpo humano es otro reto totalmente distinto. Afortunadamente, los investigadores siguen trabajando duro para descubrir cómo funcionan exactamente los cannabinoides.
La mayoría de los cannabinoides funcionan influyendo sobre receptores especiales que se encuentran por todo el cuerpo. Cuando los receptores detectan un cannabinoide, interactúan, y se desencadena una reacción biológica dependiendo del tipo de receptor, su ubicación y el cannabinoide en cuestión. Sin embargo, al CBD le gusta trabajar de forma un poco diferente.
Cuando se consume, el CBD actúa en segundo plano reforzando toda la red de receptores. Eso no quiere decir que no pueda interactuar con los receptores de forma particular, pero tiende a adoptar un enfoque global del bienestar. Así, se cree que el CBD tiene la capacidad de influir sobre:
• El estado de ánimo
• El apetito
• La respuesta inmunológica
• El sueño
El THC trabaja de una manera más sencilla, uniéndose directamente a los receptores del cerebro y el aparato digestivo. Es esta interacción la que causa los efectos secundarios psicotrópicos que hemos apuntado antes, como:
• Aumento del apetito
• Tiempo de reacción más lento
• Deterioro de la memoria y la coordinación
• Estado mental alterado
Como se puede ver por la diferencia en los efectos potenciales, estos dos compuestos actúan de maneras muy diferentes, a pesar de que provienen de la misma especie de plantas.
Aunque es un tema en sí mismo, vale la pena mencionar brevemente el efecto séquito.
Ya hemos analizado las diferencias entre el CBD y el THC, pero también es interesante la combinación de ellos, y la adición de otros cannabinoides a la mezcla.
La investigación[1] ha demostrado que cuando los cannabinoides se consumen juntos, sus respectivos efectos se potencian.
Siguen siendo útiles en forma aislada, pero el potencial de efectos más amplios o duraderos mejora cuando CBD, THC y otros compuestos de la planta de cannabis se consumen juntos.
Por ejemplo, se cree[2] que el CBD inhibe algunos de los efectos de alteración mental del THC cuando los dos se consumen al mismo tiempo.
Los extractos de CBD de espectro completo son una forma ideal de aprovechar el efecto séquito.
Primero, contienen una mezcla diversa de cannabinoides, terpenos y flavonoides.
Segundo, los niveles de THC en estos extractos están muy por debajo del límite legal y no producirán efectos secundarios psicotrópicos. Es decir, se obtienen todos los beneficios posibles, sin ninguno de los inconvenientes.
Cuando se trata de explicar las diferencias entre el CBD y el THC, es fácil perderse en las estructuras químicas, los efectos biológicos y los estudios preclínicos. Pero hay una característica definitoria que separa radicalmente a estos dos compuestos: la legalidad.
Mientras que el CBD está ampliamente aceptado, el THC no.
Para que cualquier producto con CBD sea legal (independientemente de si procede del cáñamo o de la marihuana), necesita contener niveles de THC por debajo del umbral legal. Ahora bien, este umbral varía de un país a otro, pero suele ser del 0,2% en Europa y del 0,3% en los Estados Unidos.
Puede sonar poco claro, pero una de las principales ventajas es que, en términos generales, el consumo de CBD es legal y el de THC no, salvo que se mantenga por debajo de un porcentaje concreto. Sin embargo, las regulaciones locales pueden variar, por lo que es muy recomendable revisar la legislación de tu región para evitar cualquier problema.
Si buscas aceites, cápsulas, suplementos y cosméticos de CBD que cumplan con las regulaciones de la UE, en la tienda de Cibdol encontrarás una selección completa.
O puedes descubrir más sobre los efectos del CBD y cómo interactúa con el cuerpo humano en nuestra Enciclopedia del CBD.
[1] Russo, E. B. (2011). Taming THC: potential cannabis synergy and phytocannabinoid-terpenoid entourage effects. NCBI. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3165946/ [Referencia]
[2] Laprairie, R. B., Bagher, A. M., & Kelly, M. E. M. (2015). Cannabidiol is a negative allosteric modulator of the cannabinoid CB1 receptor. British Pharmacological Society | Journals. https://bpspubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/bph.13250 [Referencia]
[1] Russo, E. B. (2011). Taming THC: potential cannabis synergy and phytocannabinoid-terpenoid entourage effects. NCBI. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3165946/ [Referencia]
[2] Laprairie, R. B., Bagher, A. M., & Kelly, M. E. M. (2015). Cannabidiol is a negative allosteric modulator of the cannabinoid CB1 receptor. British Pharmacological Society | Journals. https://bpspubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/bph.13250 [Referencia]