¿Qué es el dolor crónico y cómo se diagnostica?
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¿Qué es el dolor crónico?
Quienes viven con dolor crónico están muy familiarizados con esa sensación. Te quita confianza, siempre está acechando en el fondo de tu mente. Recoger a los nietos, ir de compras, incluso las tareas domésticas más simples se convierten en una batalla entre la mente, el cuerpo y tu determinación interna. Uno de cada cinco adultos que viven en Europa sufrirá dolor nociceptivo o neuropático, y un tercio de esos individuos experimentará dolor constante.
El dolor puede venir en ráfagas, inicialmente agudo antes de empezar a disminuir. También puede ser más severo, desde un hormigueo constante o un adormecimiento hasta una sensación de escozor. En términos estadísticos, la probabilidad de dolor crónico aumenta a medida que se envejece. Pero el dolor crónico no debe considerarse una parte natural del proceso de envejecimiento.
El dolor crónico se clasifica en dos categorías, nociceptivo y neuropático. El primero es el tipo de dolor que todos hemos experimentado. Piensa en la última vez que te rompiste un hueso, te hiciste un corte o te quemaste cocinando; todos estos son ejemplos de dolor nociceptivo.
El segundo, el dolor neuropático, procede del interior y es causado por un daño en nuestro sistema nervioso. Algunos pacientes con este tipo de dolor refieren sensaciones como de descarga eléctrica. Normalmente es resistente a los medicamentos tradicionales y se vuelve increíblemente debilitante. Ambos tipos de dolor pueden evitar que los pacientes puedan dormir, trabajar o llevar una vida activa y saludable.
¿Qué causa el dolor crónico?
Entender las causas es fundamental, ya que más del 50% de los pacientes con dolor crónico pueden llegar a esperar hasta dos años hasta que su dolor está controlado. Por lo general, ambas categorías de dolor surgen después de algún tipo de trauma. Dicho esto, identificar el desencadenante concreto para el dolor crónico es, en algunos casos, imposible.
Dolor de cabeza, dolor de espalda y artritis; estas afecciones entran dentro del denominador común del dolor nociceptivo. Ahora, imagina que el dolor es constante, o que se presenta frecuentemente durante seis meses o más. Eso es precisamente por lo que tienen que pasar quienes viven con dolor crónico. Debido a que la causa exacta varía mucho, cada caso debe considerarse según sus circunsancias. El dolor puede ser el resultado de una enfermedad, una afección, una lesión en la piel, un hueso roto; el impulsor del dolor crónico puede presentarse de muchas formas.
Para el dolor neuropático crónico, los síntomas pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo. Esto no hace más que aumentar la inmensa frustración que sienten los enfermos. Los nervios y las vías nerviosas pueden obstruirse o deteriorarse, lo que lleva a la aparición de períodos agudos de dolor. La capacidad de nuestro sistema nervioso para procesar el dolor correctamente también puede distorsionarse.
Para la mayoría de personas, un corte en el brazo o agarrarles de la mano puede doler inicialmente, pero el dolor pronto desaparece. Sin embargo, quienes viven con dolor neuropático pueden sentir el dolor en todas las partes de su cuerpo como un brazo o una pierna. Incluso pueden sentir un dolor insoportable solamente con empujarles o pincharles ligeramente.
Diagnosticar el dolor crónico es difícil
Dada la complejidad de la aparición del dolor crónico, el diagnóstico y cualquier tratamiento posterior son difíciles de adaptar al individuo. La razón de que el índice de diagnóstico sea tan reducido se debe a la forma en que nuestro cerebro procesa la sensación del dolor. Lo que a ti puede herirte de manera muy significativa, puede no herir de la misma manera a tu pareja. La misma fuente de dolor también podría ser más severa en niños o ancianos.
El umbral del dolor de cada persona es diferente. Si preguntaras a veinte personas cómo se sintieron cuando se rompieron el brazo, la respuesta sería siempre diferente. Lo mismo ocurriría si después les pides a esas mismas veinte personas que te valoren su dolor en una escala del 1 al 10. Debido a que actualmente no existen medios para probar científicamente la intensidad del dolor, no queda más remedio que confiar en el paciente de cara al diagnóstico. No solo tienen que describir a los médicos la intensidad de su dolor, sino que también tienen que tratar de describir el origen. Con las afecciones neuropáticas, esto es casi imposible y no da ningún resultado.
Algunos métodos realizan pruebas para el dolor que emana de los huesos o del tejido profundo. Las radiografías, la resonancia magnética y los escáner TC pueden ayudar al respecto. Para verificar la integridad de los nervios, los pacientes también pueden someterse a un estudio electrofisiológico. Incluso una combinación de estas pruebas puede fallar a la hora de aislar la causa exacta del dolor crónico.
Predominio del dolor crónico en Europa
Aunque la cantidad exacta de personas que viven con dolor crónico difiere de un país a otro, las cifras hablan siempre de millones: ocho millones en el Reino Unido, diez millones en Francia y dieciséis millones en Italia. En España, de los cinco millones de personas que sufren dolor crónico, 500.000 han sido diagnosticadas dentro del tipo neuropático.
En cuanto a la efectividad del tratamiento, las estadísticas no mejoran. El 38% del total de los europeos con dolor crónico dice que su dolor no se trata adecuadamente, y la mayoría ha estado viviendo con la enfermedad durante más de siete años.
El dolor crónico tiene poco tratamiento
El dolor crónico es difícil de diagnosticar y es increíblemente debilitante. Las personas que viven con él, pueden sentir que es lo único que existe en la vida. Aunque no todo está perdido. Algunos tratamientos pueden ayudar al control efectivo del dolor. En casos leves, los calmantes sin receta son suficiente. Para el dolor severo, se puede prescribir codeína o morfina. El riesgo con los opiáceos es que tienen muchos efectos secundarios, y la mayoría de los pacientes están preocupados por las consecuencias de su consumo a largo plazo. El bloqueo nervioso o los relajantes musculares también son útiles; sin embargo, su eficacia dependerá del tipo de dolor en cuestión.
El objetivo principal de cualquier forma de tratamiento será siempre tratar de permitir que el paciente pueda volver a desempeñar sus actividades diarias. Ya sea volver a trabajar, sacar al perro a pasear o simplemente dormir toda la noche.
A pesar de las acciones emprendidas por los profesionales de la salud, al ser un espectro tan amplio de variables, el dolor crónico permanece, en su mayoría, sin tratamiento. La naturaleza implacable del dolor crónico a menudo desemboca en trastornos mentales. La ansiedad y la depresión son muy comunes, especialmente cuando los pacientes se sienten aislados por su incapacidad física.
Es absolutamente necesario que comprendamos mejor el dolor crónico, tanto para los pacientes que sufren ahora como para los que serán diagnosticados en el futuro. Poniéndonos en lo peo, el dolor crónico nunca desaparecerá. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se puede controlar a través de cambios en el estilo de vida, la dieta y la ayuda de profesionales médicos.