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Please insert a search term in the input field. If you have any question please contact usA simple vista, los cannabinoides podrían parecer algo extraño. Pero, como descubrirás, esta amplia familia de compuestos no solo es bastante sencilla, sino que está repleta de posibilidades. Para obtener más información, sigue leyendo.
Índice:
Los cannabinoides son compuestos orgánicos que se encuentran en una serie de plantas. Sin embargo, la concentración más alta se encuentra en las variedades de cáñamo y marihuana. Ambos son miembros de la especie Cannabis sativa, pero es el cáñamo el que presenta una gran cantidad de cannabinoides y, además, su cultivo es legal.
En el cáñamo, los cannabinoides desempeñan un papel de apoyo, trabajando en segunda línea para atraer a los polinizadores, evitar que los insectos depredadores ataquen y ayudar a la planta a adaptarse a su entorno. Pero esto no es lo único que pueden hacer. Lo que hace que los cannabinoides sean únicos es lo que sucede cuando los consumimos.
El único problema, sin embargo, es que aislar y entender los cannabinoides ha resultado mucho más complicado de lo que parece.
Si buscas información sobre cannabinoides, verás que el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC) aparecen en la mayoría de los resultados. Pero no fueron los primeros cannabinoides en descubrirse. De hecho, los científicos tardaron más de veinte años en identificar completamente el CBD y el THC desde que los cannabinoides se descubrieron por primera vez.
En realidad, el premio al primer cannabinoide que se descubrió es para el cannabinol (CBN), por el químico británico Robert S. Cahn. Dos años después, un químico estadounidense descubrió el CBD, pero tardaron casi dos décadas en identificarlo por completo. El THC se unió más tarde al grupo, gracias al trabajo pionero de Raphael Mechoulam.
El Dr. Mechoulam sigue siendo el precursor de la ciencia de los cannabinoides; sin su trabajo, no tendríamos los aceites, suplementos y cosméticos de CBD que consumimos hoy en día. Sin embargo, lo que los investigadores no sabían en aquellos tiempos es que el CBN, el CBD y el THC pertenecen a una familia mucho más grande.
Hemos lanzado muchos acrónimos (CBN, CBD y THC), por lo que hace falta retroceder un pequeño paso. Para ello, debemos comenzar por cómo funciona la familia de los cannabinoides, ya que no todos los cannabinoides existen al mismo tiempo o en las mismas proporciones.
Más bien, el desarrollo de cannabinoides es más parecido a un árbol genealógico, y los miembros de esta influyente familia aparecen solamente bajo ciertas condiciones. Pero como pasa en todas las familias importantes, hace falta un cabeza de familia. El ácido cannabigerol (CBGA) es la molécula precursora de los principales cannabinoides; sin él, no existirían el THC, el CBD, el CBC ni otros.
Cuando el cáñamo es todavía una plántula, el CBGA reacciona con las enzimas para crear las primeras ramas principales del árbol genealógico de los cannabinoides (CBCA, THCA, CBDA) antes de que el calor y la exposición a la atmósfera den lugar a más ramas. En estas últimas fases es cuando aparecen el THC y el CBD.
Hemos simplificado un poco el proceso pero, como puedes ver, se producen muchos cambios a medida que se desarrollan las plantas de cáñamo. Y según los investigadores, durante estos cambios es cuando se crean hasta 100 cannabinoides diferentes.
Sabemos cómo y por qué existen los cannabinoides, pero ahora llega la cuestión más importante; ¿cómo afectan a las personas? La fascinación por los cannabinoides se debe a la interacción única que tienen con una amplia red de receptores que hay dentro de todos nosotros.
Hay montones de receptores en nuestro cerebro, piel, órganos digestivos, sistema inmunológico y sistema nervioso. Su función principal es monitorear las diferentes partes de nuestro cuerpo y asegurarse de que funcionen según lo previsto.
Si no lo hacen, o si un sistema está bajo presión (por ejemplo, nuestro sistema inmunológico cuando estamos resfriados), estos receptores pueden desencadenar cambios sutiles que ayudan al cuerpo a volver a un estado de equilibrio.
Este proceso se produce continuamente, ya que nuestro cuerpo se esfuerza en todo momento por lograr un estado equilibrado y saludable. Sin embargo, los cannabinoides aportan una acción secundaria, uniéndose a los receptores o influyendo en ellos para producir sus propios cambios en mente y cuerpo.
Proporcionar una evaluación definitiva de cómo afectan los cannabinoides en el cuerpo es todo un reto, no porque no haya ejemplos, ¡sino porque hay infinidad de resultados posibles!
En primer lugar, los receptores que hemos mencionado antes y que están por todo el cuerpo, controlan y regulan funciones como la digestión, la función inmunológica y el control motor. Y, debido a la gran cantidad de procesos que se producen, los investigadores todavía no comprenden del todo el verdadero alcance de la interacción entre cannabinoides y receptores.
En segundo lugar, también hay que considerar la forma en que estos receptores y cannabinoides interactúan. No todos los cannabinoides interactúan con todos los receptores. Más bien, los receptores operan utilizando un principio de "cerradura y llave". Los cannabinoides deben tener una estructura química que coincida con la "cerradura" de un receptor para que los dos interactúen.
Esta interacción es la razón por la que cada cannabinoide produce un efecto ligeramente diferente cuando se consume. No hay dos cannabinoides exactamente iguales, lo que significa que los resultados también varían.
El efecto de los cannabinoides en nuestra mente es igual de variado. Hay muchos receptores en el cerebro que afectan a varios procesos entre los que se incluyen:
• Apetito
• Estado anímico
• Memoria
• Placer/recompensa
Una vez más, se aplica el mismo principio de cerradura y llave. De hecho, este mecanismo interno es la razón por la que el THC produce efectos secundarios psicotrópicos y el CBD no. El THC se une a los receptores en partes del cerebro relacionadas con el estado de ánimo y el apetito, mientras que el CBD no.
La complejidad de la mente humana también constituye un factor importante. Como cada persona es única a nivel genético, ninguna red de receptores es igual, y los resultados e interacciones concretos serán específicos en cada individuo.
La situación legal de los cannabinoides es un tema complicado porque depende del cannabinoide del que estemos hablando.
Por ejemplo, el CBD es legal en la mayor parte del mundo siempre que proceda del cáñamo y que no contenga más de un 0,3% de THC (en EE.UU.) y 0,2% de THC (en Europa). Por otro lado, el THC (salvo que esté por debajo de esos umbrales) sigue estando prohibido, independientemente de su procedencia.
El resto de cannabinoides caen en un laberinto de legislaciones. Pero como todavía queda mucho que aprender sobre compuestos más pequeños como el CBG, el CBC y el CBN, la regulación es mucho más fluida. En general, el THC es el único que está estrictamente controlado, debido a sus efectos secundarios psicotrópicos.
Hemos cubierto mucho terreno, así que vamos a recapitular.
Los cannabinoides son compuestos orgánicos que hay en el Cannabis sativa. No solo existen muchos de ellos, sino que cada uno puede interactuar con los receptores que hay por todo el cuerpo humano.
Estos receptores existen para ayudar a mantener un estado saludable y equilibrado mediante la regulación de funciones como el estado de ánimo, el apetito, la digestión y la respuesta inmunitaria. Los cannabinoides pueden provocar una amplia gama de cambios interactuando con estos receptores, pero todavía tenemos mucho que aprender sobre ello.
Los investigadores están trabajando intensamente para entender cómo explotar la relación entre los receptores y los cannabinoides para fomentar un estado de bienestar. Y a la vanguardia de esa investigación se encuentra el CBD, un cannabinoide sin efectos psicotrópicos.
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