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Hay muchas cosas que podemos hacer para mantener la salud de los varios sistemas de nuestro cuerpo. La meditación y dormir adecuadamente ayudan a mantener bajo control el sistema nervioso; realizar una cantidad adecuada de ejercicio fortalece el sistema musculoesquelético; los alimentos saludables y las bacterias beneficiosas contribuyen a la buena salud del aparato digestivo...
Estas estrategias son conocidas por todos. Sin embargo, es muy raro que nos paremos a considerar lo que podemos hacer para mantener sano nuestro sistema endocannabinoide (SEC). De hecho, muchas personas nunca han oído hablar de esta importante red fisiológica.
Sigue leyendo para descubrir la importancia del sistema endocannabinoide y cómo mantener su funcionamiento en perfecto estado.
El sistema endocannabinoide está formado por puntos receptores que se encuentran por todo el cuerpo. Este sistema desempeña un papel regulador sobre muchos otros sistemas biológicos y ayuda a mantener la homeostasis, un estado de equilibrio biológico ideal. Pero no es exclusivo en las personas, el sistema endocannabinoide ha desempeñado un importante papel evolutivo en muchas criaturas.
El sistema endocannabinoide presenta tres componentes principales: receptores cannabinoides, endocannabinoides y enzimas especializadas. Los dos tipos principales de receptores, CB1 y CB2, se encuentran en diferentes tipos de células por todo el cuerpo. Están presentes en el sistema inmunitario, el sistema nervioso, los músculos, la piel, los huesos, el cerebro e incluso el sistema cardiovascular.
Los endocannabinoides que produce nuestro cuerpo, en concreto la anandamida (AEA) y el 2-AG, activan estos sitios receptores. Las células producen estas moléculas, a demanda, a partir de precursores grasos. Actúan como moléculas de señalización y se unen a sus receptores como una llave que encaja en su cerradura. Ambos endocannabinoides juegan papeles importantes en el aprendizaje, el sueño, la remodelación ósea, la neuroprotección, la señalización del dolor y la protección cardíaca.
Como puedes ver, los endocannabinoides desempeñan un papel vital dentro del sistema endocannabinoide. El cuerpo requiere su intervención para activar los receptores cannabinoides, en el momento adecuado, y así mantener el equilibrio.
Por ejemplo, la señalización endocannabinoide parece jugar un rol importante en la ansiedad y la depresión. Los endocannabinoides también ayudan a equilibrar la composición y descomposición del tejido óseo. Dado que juegan un papel tan importante, el cuerpo necesita producir los niveles adecuados de endocannabinoides.
Si el cuerpo, por cualquier razón, no produce los niveles suficientes de estas moléculas, podrían surgir varios problemas de salud, una afección conocida como deficiencia clínica del sistema endocannabinoide. Los investigadores han descubierto una correlación entre los niveles bajos de endocannabinoides y enfermedades como la fibromialgia, la migraña y el síndrome del intestino irritable.
Los mismos investigadores afirman que cada persona posee un cierto nivel de endocannabinoides que refleja sus niveles de AEA y 2-AG. Si el nivel disminuye, podría provocar alteraciones en el estado de ánimo, el sueño o la digestión, entre otras cosas.
Sin embargo, también mencionan que cuando el nivel de endocannabinoides es excesivo también puede llegar a ser dañino, ya que está implicado en casos de obesidad, síndrome metabólico y fibrosis hepática.
El número de receptores cannabinoides que produce una persona también podría afectar de forma importante en la salud humana. Al igual que la falta de endocannabinoides, la falta de receptores a los que unirse podría provocar problemas similares.
Por ejemplo, la falta de receptores CB1 parece estar relacionada con la ansiedad. Del mismo modo, la investigación ha asociado la falta de receptores CB2 a un aumento de casos de inflamación.
El número de receptores cannabinoides con los que cuenta una persona podría estar determinado a nivel genético, sin embargo, si intervenimos a nivel dietético, el número de receptores podría alterarse en cierta medida.
Para ayudar a equilibrar el sistema endocannabinoide, se pueden consumir ciertos alimentos y moléculas que podrían mejorar el nivel de endocannabinoides y producir un nivel adecuado de receptores.
Sin embargo, estos descubrimientos y teorías se derivan de investigaciones científicas muy tempranas. Por lo tanto, equilibrar el sistema endocannabinoide parece estar lleno de matices extremos. La investigación futura determinará cómo evaluar el nivel y qué medidas son necesarias para restaurar o establecer un sistema endocannabinoide equilibrado.
Por ahora, disponemos de investigaciones que sugieren varios métodos para aumentar los niveles de endocannabinoides, los niveles de receptores y la activación de los receptores. Sigue leyendo para descubrir más sobre ello.
Los fitocannabinoides son una clase de cannabinoides que se encuentran en las plantas. Su nombre les viene de su capacidad para unirse a los receptores cannabinoides, gracias a su similitud molecular con los endocannabinoides.
El cannabis proporciona una fuente abundante de cannabinoides, entre los que se incluyen THC, CBD, CBN o CBG, entre otros muchos. Pero también hay otras hierbas culinarias que producen moléculas similares.
El cariofileno, un cannabinoide y un terpeno "dietético", activa los receptores CB2. Tanto la AEA como el 2-AG se unen a los receptores CB2, aunque si el nivel de endocannabinoides fuese bajo, podría dar lugar a una activación insuficiente. En estos casos, el cariofileno podría ayudar a compensar un nivel escaso. Las siguientes plantas contienen niveles elevados de esta molécula:
• Pimienta negra
• Melisa
• Clavo
• Lúpulo
• Romero
Las alquilamidas descubiertas en la Equinácea - una hierba utilizada en la medicina tradicional - también parecen dirigirse al receptor CB2. Las moléculas se consideran compuestos activos de la planta y parecen poseer propiedades inmunomoduladoras.
El CBD procede sobre todo del cáñamo, y los consumidores pueden añadirlo a los alimentos y bebidas. Este cannabinoide no se une directamente a los receptores cannabinoides, pero la investigación sugiere que el CBD podría ayudar a mejorar de forma temporal el nivel de endocannabinoides deteniendo las enzimas específicas que descomponen la AEA.
El cuerpo produce endocannabinoides a partir de precursores grasos, en concreto, los ácidos grasos omega-3. Estas moléculas se transforman en endocannabinoides a través de una vía enzimática especializada. Una vez sintetizados, los endocannabinoides podrían ayudar a controlar la inflamación.
Esta fuente dietética de precursores endocannabinoides también aumenta la posibilidad de que una dieta baja en ácidos grasos omega-3 pueda conducir a un nivel bajo de endocannabinoides. Entre los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 están:
• Pescado
• Ostras
• Gambas
• Algas marinas y de agua dulce
• Semillas de chía
• Semillas de cáñamo
• Nueces
Por el contrario, hay ciertos ácidos grasos que podrían disminuir la actividad del sistema endocannabinoide. El consumo de DHA podría ayudar a reducir la sobreactivación, disminuyendo posiblemente la grasa corporal y el riesgo de diabetes tipo 2. Entre los alimentos particularmente ricos en DHA están:
• Almejas
• Mejillones
• Ostras
• Salmón
• Atún
El ejercicio aeróbico podría ayudar a poner en marcha el sistema endocannabinoide. Este tipo de ejercicio implica un esfuerzo de baja intensidad durante períodos de tiempo relativamente largos. Se puede hacer jogging, montar en bici y nadar.
Después del ejercicio aeróbico, el cuerpo produce niveles altos de AEA. Los investigadores piensan que la AEA podría tener cierta responsabilidad en el llamado "subidón del corredor", una sensación de euforia que aparece después de hacer ejercicio.
El hecho de que los humanos evolucionasen para correr sugiere que los cambios neuroquímicos asociados con la actividad aeróbica podrían ser esenciales para mantener un sistema endocannabinoide equilibrado.