Author: Luke Sholl
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Luke es un periodista consolidado, con más de una década de experiencia escribiendo sobre CBD y cannabinoides, y trabaja como redactor principal de Cibdol y otras publicaciones sobre cannabinoides. Muestra un gran compromiso para presentar contenido basado en datos y pruebas, y su fascinación por el CBD también se extiende al fitness, la nutrición y la prevención de enfermedades.
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¿Qué son las antocianinas?

Las antocianinas son unos pigmentos solubles en agua. Estas moléculas se encuentran en una gran variedad de plantas comestibles y en algunos tipos de cannabis. Son el mayor grupo de pigmentos naturales solubles en agua, y hasta la fecha, se han identificado más de 635.

Aparte de unos colores espectaculares, las antocianinas también ofrecen un impresionante potencial terapéutico. Los estudios celulares, la investigación con animales y hasta los ensayos clínicos con humanos indican que estas moléculas podrían desempeñar un papel importante en la prevención de enfermedades y el manejo de los síntomas.

Echa un vistazo a esta guía para saber dónde encontrar antocianinas y lo que dice la ciencia sobre esta interesante familia de sustancias químicas.

Color

Al ser pigmentos, las antocianinas son responsables de los intensos tonos rojos, morados y azules de muchas especies de frutas, verduras y hierbas.

Cuando veas hojas, frutos o bayas con estos colores, sabrás que contienen antocianinas.

Estas moléculas también son las responsables del color morado de la marihuana. Pues sí, no es un truco con Photoshop, algunas variedades tienen genéticas que les hacen desarrollar un alto contenido de antocianinas durante el final de la floración. Las antocianinas se pueden añadir a la larga lista de compuestos beneficiosos de esta planta.

La propia palabra "antocianina" nos da una pista sobre su aspecto, ya que se deriva de dos vocablos griegos: “ánthos”, que significa flor, y “kyáneos”, que significa azul oscuro.

Las antocianinas también tienen un uso industrial como colorantes naturales de alimentos, y en algunos casos, sustituyen a colorantes sintéticos potencialmente dañinos.

Estas moléculas no solo existen para nuestro placer visual, también tienen un importante papel de carácter botánico. Las plantas utilizan su aspecto llamativo para atraer insectos curiosos que dispersen sus semillas. Esta colorida estrategia aumenta el éxito de la germinación.

También se encuentran en

Si quieres saber qué alimentos son ricos en antocianinas, piensa en los productos más coloridos que conozcas.

Como las frambuesas y grosellas negras, los arándanos, las moras, la col lombarda, las ciruelas negras, los rábanos y las frambuesas rojas.

Las antocianinas también se encuentran en cualquier verdura con hojas, raíces o granos de color entre rojo y morado/azulado.

Investigación

La investigación actual indica que las antocianinas desempeñan un papel importante en la prevención y gestión de ciertos trastornos de la salud. Estos fitoquímicos ofrecen los siguientes efectos:

• Antioxidante
• Antiinflamatorio
• Anticancerígeno
• Posible prevención de enfermedades cardiovasculares
• Control de la obesidad

En comparación con otros compuestos de la planta de cannabis - cannabinoides y terpenos - las antocianinas se han estudiado en más detalle. Esto incluye ensayos preclínicos y clínicos con humanos.

Veamos algunas de estas investigaciones.

Efecto antioxidante

Estudios celulares y con animales han demostrado el efecto antioxidante de las antocianinas. Los antioxidantes son unas importantes moléculas dietéticas que ayudan a neutralizar los radicales libres, unas moléculas que dañan las células, las proteínas y el ADN.

Con el tiempo, este daño oxidativo contribuye a la aparición de enfermedades cardiovasculares, inflamación, envejecimiento de la piel y cáncer.

Una investigación[1] publicada en la revista Agricultural and Food Chemistry analizó la actividad antioxidante de dos moléculas de antocianina. Los resultados demostraron que estas sustancias químicas tienen un efecto antioxidante parecido al de la vitamina E.

Otros estudios realizados con células humanas han demostrado que las antocianinas del vino tinto protegen los glóbulos rojos[2] del estrés oxidativo.

Las antocianinas también tienen un efecto antioxidante en animales vivos (in vivo). Un estudio[3] publicado en la revista Free Radical Biology and Medicine analizó su capacidad antioxidante en ratas. Los roedores recibieron una dieta baja en vitamina E durante un período de 12 semanas para aumentar su susceptibilidad al daño oxidativo.

Transcurridas las 12 semanas, se alimentó a las ratas con un extracto rico en antocianinas. Esta dieta mejoró de forma significativa la capacidad antioxidante del plasma.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que el consumo de alimentos ricos en antocianinas podría contribuir a un estado de antioxidación general. La inclusión de antocianinas en la dieta humana podría ser especialmente interesante en poblaciones con un nivel bajo de vitamina E.

Efecto antiinflamatorio

Las antocianinas también combaten la inflamación de otras formas. El grupo de proteínas conocidas como ciclooxigenasas (COX) ayuda a potenciar la inflamación convirtiendo el ácido graso araquidónico en lípidos inflamatorios llamados prostaglandinas.

Curiosamente, las antocianinas pueden poner fin a esta actividad y reducir la inflamación.

Una investigación[4] publicada en la revista Phytomedicine analizó la acción de numerosos extractos de antocianina sobre las COX. Con la ayuda de extractos de varios tipos de cerezas, arándanos, moras, bayas de saúco, frambuesas y fresas, los investigadores comprobaron que todos fueron eficaces a la hora de inhibir la actividad de las COX.

Los extractos derivados de fresas, moras y frambuesas fueron los más eficaces, con un efecto comparable al del ibuprofeno.

Otro estudio parecido[5] examinó los efectos de un extracto de antocianinas de moras sobre la inflamación en ratas. Sorprendentemente, este extracto consiguió reducir todos los tipos de inflamación.

Efecto anticancerígeno

Numerosos estudios científicos han documentado el efecto anticancerígeno de las antocianinas. Parece que estas moléculas son capaces de combatir el cáncer desde varios frentes (al menos en laboratorio). Hasta la fecha, se ha comprobado[6] que inhiben la transformación y proliferación celular y que inducen la apoptosis de las células tumorales, entre otras cosas.

Las células cancerosas tienen unos ciclos celulares descontrolados, un factor que las diferencia de las sanas. Las células normales solo se multiplican cierto número de veces y, después de un tiempo, dejan de producir nuevas células y acaban muriendo.

Las células cancerígenas desobedecen esta ley biológica y continúan proliferando sin restricción, dando lugar a tumores. Las pruebas efectuadas indican que las antocianinas podrían acabar con esta multiplicación descontrolada.

Una investigación[7] publicada en la revista Nutrition and Cancer descubrió que las antocianinas inhiben la proliferación de células cancerosas sin afectar a las células sanas. Parecen producir este efecto actuando sobre determinadas rutas de señalización que permiten que las células cancerígenas sigan multiplicándose.

Por ejemplo, las antocianinas de las bayas actúan[8] sobre tres rutas de señalización distintas (β-catenina, Wnt y Notch) para detener el crecimiento y la proliferación de las células del cáncer pulmonar no microcítico.

Las células cancerosas también se libran de esta destrucción evitando el proceso natural de la apoptosis, conocido como muerte celular programada. El cuerpo elimina las células disfuncionales por medio de la apoptosis, pero las células cancerosas malignas evaden este mecanismo.

Curiosamente, las antocianinas pueden inducir apoptosis en las células tumorales[9]. Algo que logran concentrándose en la mitocondria (el motor de la célula) y el llamado "receptor de la muerte".

Prevención de enfermedades cardiovasculares

Según la investigación, el efecto antioxidante de las antocianinas ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares.

Esta familia de moléculas protege contra el endurecimiento de las arterias, un trastorno conocido como aterosclerosis. Un peligro en sí, esta afección también puede tener consecuencias fatales como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

El origen de la aterosclerosis radica en las lipoproteínas de baja densidad, el llamado colesterol "malo". Un exceso de LDL puede conducir a la acumulación de placa en las paredes arteriales. Con el tiempo, los radicales libres de la sangre comenzarán a oxidar las LDL, contribuyendo a la aparición de la aterosclerosis y la enfermedad cardíaca.

Sin embargo, la ingesta de antioxidantes dietéticos como las antocianinas podría aumentar el nivel de antioxidantes séricos y prevenir la oxidación de las LDL, impidiendo el desarrollo de enfermedades del corazón.

Control de la obesidad

Las antocianinas podrían desempeñar un papel fundamental en el tratamiento de la obesidad, un trastorno que afecta al 13% de la población mundial. La obesidad implica un desequilibrio entre la ingesta y la producción de energía, así como una acumulación de tejido adiposo (grasa).

Las antocianinas ayudan a combatir ciertos aspectos de la obesidad por medio de su actividad antioxidante y antiinflamatoria, y también contribuyen a reducir el peso corporal y la masa adiposa.

Un estudio[10] publicado en el Journal of Agriculture and Food Chemistry analizó los efectos de antocianinas purificadas en ratones alimentados con una dieta alta en grasas. Los investigadores comprobaron que los ratones que habían recibido antocianinas experimentaron un menor incremento del peso y la grasa corporal que los ratones del grupo de control. Los científicos afirmaron que la alimentación de ratones a base de antocianinas purificadas procedentes de arándanos y fresas, redujo su obesidad.

Varios ensayos clínicos han demostrado los efectos de las antocianinas sobre la obesidad del ser humano con resultados mixtos.

En un estudio[11], se administró a individuos obesos y con sobrepeso un modulador de la microbiota gastrointestinal (GIMM por sus siglas en inglés) que contenía antocianinas entre otros ingredientes. En un plazo de cuatro semanas, el grupo del GIMM tenía menos ganas de comer que el grupo placebo.

En contraposición, otro estudio comprobó que la zanahoria morada rica en antocianinas no produjo ningún cambio en la masa corporal, sensación de apetito, inflamación o metabolismo de los lípidos.

Los investigadores de este campo sostienen que los científicos deberían desarrollar modelos celulares y animales más modernos con el fin de poder realizar ensayos más eficaces con seres humanos.

Seguridad y efectos secundarios

Las antocianinas son en general seguras. Estos fitonutrientes se consumen desde hace milenios. Los alimentos ricos en antocianinas no tienen efectos adversos[12] conocidos.

Se cree que los habitantes de Estados Unidos consumen una media de 12,5mg de antocianinas al día. En muchos países, las empresas están autorizadas a usarlas como colorantes de alimentos, ya que la toxicidad de sus extractos es muy baja.

Los efectos secundarios del consumo excesivo de antocianinas siguen sin conocerse, y podrían darse solamente con niveles extremadamente altos[13].

Referencias

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Referencias

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