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Please insert a search term in the input field. If you have any question please contact usA la mayoría de las personas que toman cannabidiol se les dice que un consumo habitual y repetido es la clave para obtener buenos resultados. Pero, ¿podría este consumo regular de CBD generar tolerancia y hacer que se necesiten dosis más altas? En este artículo, analizamos la posibilidad de que podamos desarrollar tolerancia al CBD.
Es posible desarrollar tolerancia a ciertos cannabinoides, como el THC. El THC es el principal compuesto psicotrópico de la marihuana, y produce su efecto uniéndose a los receptores CB1. Estos receptores funcionan como pequeñas cerraduras que han sido diseñadas para ser abiertas por endocannabinoides como la anandamida y el 2-AG, pero algunos cannabinoides vegetales con una estructura parecida (como el THC) también se unen a ellos de forma directa.
Cuando el THC se une a estos receptores, imita a los endocannabinoides y hace que el sistema endocannabinoide se infrarregule, con el fin de evitar la hiperactividad. El sistema endocannabinoide se infrarregula produciendo menos endocannabinoides y receptores endocannabinoides.
Como resultado, las personas que consumen este cannabinoide de forma habitual podrían necesitar dosis cada vez más altas para obtener el mismo efecto. Esto también puede afectar a la capacidad del sistema endocannabinoide para adaptarse a factores como el estrés, ya que se volverá más dependiente del THC.
El CBD es muy distinto a otros cannabinoides, y aún estamos muy lejos de entender por completo este compuesto y sus efectos sobre el organismo. Lo que sí sabemos es que no se une a los receptores cannabinoides de la misma forma que el THC. En su lugar, actúa a través de numerosas vías químicas. Algunas fuentes indican que el CBD es capaz de activar más de 60 vías moleculares distintas.
Hasta ahora, los estudios demuestran que el CBD afecta a los receptores de serotonina, a los receptores vaniloides, los GABA, los gamma, y muchos otros más. Otros estudios indican que el CBD inhibe un proceso conocido como recaptación, aumentando temporalmente la cantidad de ciertas sustancias químicas en el cerebro, como la serotonina y la anandamida.
Aunque el CBD no se une a los receptores endocannabinoides, puede interactuar con ellos de forma indirecta. Por ejemplo, se ha demostrado que funciona como agonista inverso de los receptores CB1. Pero no hay ninguna investigación científica que demuestre que el CBD genera tolerancia. Por el contrario, se considera un compuesto seguro y no tóxico que se tolera muy bien. Un estudio de 2011[1] publicado en la revista Current Drug Safety, señala que unos ensayos con humanos en los que se analizaron varias dosis de CBD, no causaron efectos secundarios ni tolerancia.
Algunas investigaciones sugieren que el CBD podría generar tolerancia inversa. A diferencia del THC, que ejerce la función de endocannabinoide e infrarregula el sistema endocannabinoide, el CBD aumenta el nivel de endocannabinoides (por ejemplo, inhibiendo la recaptación). Por lo que, con el tiempo, los consumidores podrían notar que necesitan dosis más bajas de CBD para experimentar los mismos resultados. Aunque esto es solo una teoría.
Lamentablemente, nuestra comprensión del CBD y el sistema endocannabinoide está lejos de ser completa. Se necesitan muchas más investigaciones para que podamos hacer afirmaciones concretas sobre el CBD y cómo funciona en el organismo. Sin embargo, la investigación actual demuestra que el CBD no genera tolerancia como otros cannabinoides.
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[1] Bergamaschi, M. M., Costa Queiroz, R. H., S. Crippa, J. A., & Zuardi, A. W. (2011). Safety and Side Effects of Cannabidiol, a Cannabis sativa Constituent. Medicinal Genomics. https://www.medicinalgenomics.com/wp-content/uploads/2013/01/Bergamaschi_2011.pdf [Referencia]