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Please insert a search term in the input field. If you have any question please contact usEl dolor neuropático es una afección crónica que produce síntomas intensos y a menudo debilitantes. Pero, lo que hace que el dolor nervioso sea tan difícil de combatir es la ausencia de una causa clara, además de un dolor que suele empeorar con el tiempo. Para descubrir lo que debes saber sobre el dolor neuropático, como sus posibles tratamientos, sigue leyendo.
El dolor neuropático es un tipo de dolor que está causado por una disfunción en la señalización nerviosa y del dolor. Este trastorno es uno de los tipos de dolor crónico más frecuentes, y si no se trata, tiende a empeorar con el paso del tiempo. Sin embargo, es muy raro que el dolor neuropático aparezca de repente; suele ser el resultado de una infección, enfermedad o lesión.
El dolor nervioso (también llamado neuralgia) es difícil de tratar porque, a diferencia del dolor nociceptivo (p.ej. pisar un objeto o golpearte un dedo del pie), su causa puede ser desconocida. Con el dolor nociceptivo podemos ver y entender la lesión. El dolor neuropático, sin embargo, está relacionado con la forma en que el cerebro interpreta las señales de dolor y los nervios que transportan esas señales.
Solo cuando somos conscientes de la complejidad de los sistemas de señalización del dolor, entendemos por qué el dolor neuropático es tan difícil de tratar y controlar.
Es posible sentir dolor de forma casi instantánea, pero la "señal de dolor" tiene que pasar por numerosas fases antes de que reaccionemos. El procesamiento del dolor se basa en dos puntos clave: el asta dorsal y el tálamo. La primera es un centro neurálgico situado en la base de la espina dorsal, mientras que el segundo forma parte del mesencéfalo responsable de organizar las señales del dolor.
En un ejemplo de dolor típico (pisar un objeto), los nervios del pie llevan la señal de dolor al asta dorsal para ser procesada antes de transferirla a un grupo diferente de neuronas, y enviarla al tálamo. A continuación, la señal entra en la corteza sensorial y motora para que podamos responder de forma adecuada.
El dolor neuropático se produce cuando se interrumpe la señalización o el proceso que acabamos de explicar. En teoría, encontrar y tratar el nervio o ruta afectada reduce o elimina el dolor. Pero, en la práctica, el ser humano tiene más de siete billones de nervios, y localizar el que nos da problemas es prácticamente imposible.
No es posible despertar de repente con dolor neuropático. Como ya hemos comentado, lo más probable es que sea el resultado de una lesión, enfermedad o infección ya existente.
El dolor neuropático puede producirse como consecuencia de una lesión en un músculo, tejido o tendón; pero, recuerda: no es el tejido lo que está dañado, sino los nervios. Por ejemplo, después de aplastarte una mano, los huesos y músculos pueden recuperarse, pero los nervios sufrirán daños que provocarán dolor neuropático.
Las lesiones en la columna y el cerebro son los desencadenantes más frecuentes. Estas dos zonas del cuerpo no solo regulan la respuesta al dolor, sino que también albergan algunas de las concentraciones de terminaciones nerviosas más grandes. Dado que los nervios recorren toda la longitud de la columna vertebral (desde el asta dorsal hasta la base del cráneo), una hernia discal, o la compresión, inflamación o fractura de la columna puede producir dolor neuropático.
Otro precursor muy frecuente del dolor nervioso es la enfermedad, y especialmente los casos de esclerosis múltiple, diabetes, cáncer, y otros trastornos autoinmunes. Afortunadamente, el tratamiento de estas enfermedades generalmente lleva a la resolución de los síntomas del dolor, pero existe el riesgo de que los casos crónicos conduzcan a un daño permanente del nervio.
Aunque una infección puede causar dolor neuropático, no ocurre con frecuencia. Las enfermedades que aumentan el riesgo de padecer neuralgia son el herpes, la sífilis y el VIH. Una vez más, los síntomas suelen aumentar y disminuir en función del tratamiento de cada infección, pero en el caso del herpes, por ejemplo, el dolor neuropático puede perdurar (y se llama neuralgia postherpética).
La lista de los posibles síntomas del dolor neuropático es bastante larga, ya que cada uno de ellos varía en duración e intensidad. Aunque no existen dos casos iguales de dolor neuropático, los síntomas más frecuentes son:
• Ardor, comezón o dolor punzante
• Hormigueo y entumecimiento
• Dolor agudo o repentino
• Dolor evocado (producido por un estímulo determinado)
• Depresión y ansiedad
• Problemas para dormir
• Reducción de la sensibilidad
Cada caso de dolor neuropático es distinto, pero todos tienen un resultado común: un impacto considerable en la calidad de vida. El dolor difícil de tratar afecta a todos los aspectos de la rutina diaria, como la movilidad, el sexo, el trabajo y el ejercicio.
A pesar del enorme alcance del dolor neuropático, la localización de los síntomas puede ofrecer a los médicos una pista sobre la raíz del problema. El daño o disfunción de los nervios se llama neuropatía, y hay varios tipos de neuropatías dependiendo de la parte del cuerpo en la que se manifiesten los síntomas.
• Neuropatía focal: afecta a la cabeza, manos, torso y piernas, es muy común en la parálisis de Bell, y suele ser el resultado de una lesión en un solo nervio (mononeuropatía).
• Neuropatía periférica: afecta al sistema nervioso periférico, y sus síntomas se manifiestan en pies, piernas, brazos y manos.
• Neuropatía autonómica: afecta principalmente a los órganos internos y las funciones esenciales. La neuropatía autonómica también puede afectar al corazón, el aparato digestivo y la presión arterial.
• Mononeuropatía por compresión: los nervios necesitan un suministro constante de sangre para funcionar adecuadamente. Si este flujo se ve interrumpido por una lesión por compresión, los pacientes pueden experimentar entumecimiento y hormigueo. Una de las principales causas de la mononeuropatía por compresión es el síndrome del túnel carpiano.
Ahora que ya conocemos las causas del dolor neuropático, sus síntomas y los tipos más frecuentes, es hora de pasar a los dos aspectos más importantes: gestión y tratamiento.
Dados los efectos físicos y mentales que produce el dolor neuropático, las técnicas de adaptación son fundamentales para los millones de personas que lo sufren cada año. La estrategia más eficaz dependerá de cada caso en concreto, pero además de un contacto periódico con tu médico, los siguientes consejos pueden ayudarte a controlar los síntomas.
Dado que el dolor neuropático está tan extendido por todo el mundo, hay millones de personas a las que puedes recurrir para aprender técnicas de control. Algunos casos pueden ser parecidos, lo que permite a los pacientes entender mejor su enfermedad. Es posible que compartir los retos a los que te enfrentas no reduzca el dolor de manera directa, pero puede ayudar a gestionar los síntomas secundarios como la depresión y la ansiedad.
El principal reto que plantea el dolor neuropático es identificar la raíz del problema. Nuestro sistema nervioso es sumamente complejo y, aunque el dolor se manifiesta en una zona concreta, el problema podría encontrarse en las profundidades del sistema nervioso central. Para poder hacer un diagnóstico preciso y entender mejor esta afección, es esencial llevar a cabo un seguimiento minucioso.
Las víctimas del dolor neuropático deberían llevar un diario de los síntomas, su duración, gravedad, posibles desencadenantes, y cualquier acción que reduzca el dolor. La recopilación de la mayor cantidad posible de datos puede ayudar a los médicos a tratar casos individuales de una manera más eficaz.
Las consecuencias mentales del dolor neuropático son tan graves como los síntomas físicos. Aunque a veces parezca imposible, una de las mejores formas de mantener una actitud positiva es practicar técnicas de relajación y atención plena. Ambas ayudan a reducir la tensión, e incluso podrían aliviar el dolor agudo. Los baños calientes, la meditación, pasar un rato en la naturaleza, y el ejercicio ligero (si es posible), ayudan a mejorar la salud mental.
A pesar del carácter desafiante de la neuralgia, existen formas de hacer que sea más llevadera, y en algunos casos, de curarla por completo. Sin embargo, dado que cada caso es único, el tratamiento deberá adaptarse a la situación.
Una opción de tratamiento muy habitual es la medicación, aunque el tipo de fármaco variará en función del tipo de afección.
De venta sin receta, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son un tratamiento habitual y fácilmente accesible para el dolor neuropático. Aunque no actúan de forma específica sobre la fuente del dolor, ayudan a aliviar los casos leves.
Solo disponibles con supervisión médica, los medicamentos con receta no siempre actúan sobre la fuente del dolor, pero pueden hacer que los síntomas sean más manejables. Los opioides más fuertes vienen con una larga lista de efectos secundarios, y los inconvenientes podrían ser mayores que los beneficios. Otra opción son las cremas y pomadas con receta, pero, una vez más, estos fármacos no tratan la causa fundamental.
Los antidepresivos combaten los efectos psicológicos del dolor neuropático, y desempeñan un papel esencial en las técnicas de adaptación ya mencionadas. Sin embargo, algunos antidepresivos (tricíclicos e inhibidores de la serotonina) combaten directamente el daño neurológico, aunque esto dependerá del tipo de neuropatía.
Aunque son invasivos, los dispositivos implantables imitan las señales eléctricas de la señalización del dolor. Si el dolor neuropático es el resultado de una señalización anómala o disfuncional, el dispositivo ayudará a restablecer el equilibrio reduciendo los síntomas. En la mayoría de los casos, los dispositivos implantables son una de las últimas opciones de tratamiento para el dolor neuropático
El bloqueo nervioso proporciona un alivio temporal del dolor neuropático, haciendo lo que dice su nombre: bloquear los nervios. Si un nervio o un grupo de nervios específicos son responsables del dolor, los esteroides y los analgésicos pueden interrumpir la señalización para reducir los síntomas.
A veces, unos sencillos cambios de estilo de vida pueden reducir o acabar por completo con el dolor neuropático. Si los síntomas empeoran después de realizar una acción determinada, el paciente deberá encontrar la forma de cambiar su rutina diaria para reducir al mínimo el empeoramiento. Los estiramientos, el ejercicio y la fisioterapia pueden ayudar a controlar y tratar el dolor neuropático.
Ahora que ya hemos visto las opciones tradicionales para combatir el dolor neuropático, es hora de analizar el posible papel del CBD. Este compuesto no tóxico ha sido investigado por su relación con el manejo del dolor en varios estudios preclínicos, pero ¿con qué eficacia podría tratar el dolor neuropático?
Para saber si el CBD puede ayudar con el dolor neuropático, primero debemos ver algunos de los aspectos clave de este compuesto. En primer lugar, el CBD (o cannabidiol) es una molécula no tóxica que está presente en el cáñamo. Según la Organización Mundial de la Salud[1], tiene un buen perfil de seguridad y el ser humano lo tolera bien.
En segundo lugar, este compuesto tiene un mecanismo de acción único que trabaja junto a los principales sistemas del cuerpo, en lugar de bloquearlos o sobrecargarlos como hacen ciertos medicamentos. Este aspecto del CBD es fundamental para las víctimas del dolor neuropático, porque muchos casos son crónicos. Los pacientes necesitan una opción eficaz y segura para tomar a diario, que no afecte a otros aspectos del bienestar.
Es importante entender que muchos de los estudios sobre el CBD todavía están en fase preclínica. Aunque no tenemos una respuesta definitiva en cuanto a la eficacia de este compuesto para la gestión del dolor, podemos analizar algunos de los mecanismos implicados[2] y sus posibles aplicaciones.
La columna vertebral es el eje central de nuestro esqueleto, y cualquier daño que sufra esta parte tan esencial y sofisticada del cuerpo, tendrá consecuencias importantes. Aunque el dolor neuropático es un síntoma habitual de las lesiones espinales, también puede estar acompañado de parálisis, pérdida de sensibilidad, debilidad muscular, y movilidad limitada.
Aunque el CBD no cura las lesiones de columna, unos estudios preclínicos indican que podría beneficiar los programas de tratamiento mejorando el sueño, el estado de ánimo y el bienestar general. Dado el carácter sumamente limitante de la mayoría de las lesiones medulares, un impulso en cualquiera de estas áreas sería fundamental para mejorar la calidad de vida.
Debido a que cada sensación de dolor y episodio de dolor neuropático es distinto, no existe una guía general para tomar CBD. Por suerte, este compuesto no es tóxico y se tolera bien, por lo que no tendrás que preocuparte de ningún efecto adverso con un consumo estándar.
Si quieres probar el CBD para el dolor neuropático, experimenta con varios productos y métodos de administración hasta que encuentres la solución más efectiva para tu caso.
• Si el dolor nervioso se centra en una extremidad en particular, una crema de CBD podría ser la opción más adecuada, ya que tiene un efecto localizado.
• Si el dolor es difícil de localizar, un aceite de CBD de alta potencia es la mejor alternativa, porque circula internamente por todo el cuerpo.
La dosis ideal de CBD es diferente para cada persona. Los consumidores con experiencia podrían conseguir mejores resultados con una concentración alta (del 20% de CBD o más), pero incluso una concentración suave puede favorecer el bienestar.
Si es la primera vez que tomas CBD, lo mejor es empezar con un producto de baja potencia. Al aumentar la concentración y la frecuencia de forma gradual, no solo tendrás tiempo de acostumbrar tu cuerpo al CBD, sino que también podrás adaptar la experiencia a tus necesidades.
La calculadora de dosis de Cibdol es una excelente herramienta para establecer una dosis de referencia. Aunque no te dice exactamente cuánto CBD debes tomar, te recomienda una concentración y un tipo de producto basándose en unas sencillas preguntas sobre tu estilo de vida.
El CBD es un compuesto totalmente natural extraído del cáñamo industrial. No produce ningún efecto psicotrópico, y por eso es apto para consumir a diario. Puede tener otros efectos secundarios, pero parecen ser sumamente leves; si es que aparecen.
Sin embargo, los productos de cannabidiol pueden alterar el equilibrio de algunos medicamentos con receta. Dada la frecuencia con la que estos fármacos figuran en los programas tradicionales de tratamiento del dolor neuropático, te recomendamos que consultes primero cualquier duda con tu médico.
Muchos casos de dolor neuropático se convierten en crónicos y necesitan una gestión diaria, y el CBD es una opción no tóxica que trabaja con el cuerpo, no en su contra. Sin embargo, la experiencia de cada persona con el CBD es única, por lo que es importante empezar despacio e introducir el compuesto de forma gradual. Una vez que te hayas acostumbrado a sus efectos, podrás aumentar la dosis en consecuencia.
[1] World Health Organization. (2018). Cannabidiol (CBD). World Health Organization. https://www.openaccessgovernment.org/who-perspective-on-cannabidiol/80838 [Referencia]
[2] Xiong, W., Cui, T., & Cheng, K. (2012). Cannabinoids suppress inflammatory and neuropathic pain by targeting α3 glycine receptors. NCBI. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3371734/ [Referencia]
[1] World Health Organization. (2018). Cannabidiol (CBD). World Health Organization. https://www.openaccessgovernment.org/who-perspective-on-cannabidiol/80838 [Referencia]
[2] Xiong, W., Cui, T., & Cheng, K. (2012). Cannabinoids suppress inflammatory and neuropathic pain by targeting α3 glycine receptors. NCBI. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3371734/ [Referencia]